class="contentpane"> Compromiso de todos: la educación
Viernes, 27 de Mayo de 2011 06:35
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Oaxaca se encuentra en los niveles más bajos en los indicadores nacionales de educación, particularmente en educación básica.

Este es el hecho, concreto y constatable.

En ello todos tenemos alguna responsabilidad. Pero más que pretender hurgar en causas remotas, estaremos de acuerdo en que lo más importante es atender la realidad actual.

Para ello hay que trabajar juntos maestros, autoridades, padres de familias y sociedad en general.

Los grandes desafíos reclaman la participación de todos, una participación basada en la buena fe, el compromiso y, sobre todo, en los hechos,

La educación siempre ha sido esencial para el desarrollo de los pueblos. Lo es más ahora, en el siglo XXI, caracterizado por lo que muchos han llamado "la sociedad del conocimiento".

El conocimiento es ahora reconocido como la mayor riqueza de toda sociedad, incluso por encima de los recursos naturales. Para avanzar hay que saber. Saber y saber hacer, es decir, desarrollar conocimientos y habilidades.

Los maestros no sólo saben y saben hacer; también hacen saber. Allí está la clave de su papel fundamental en la educación. Son los maestros el vínculo entre el alumno y el conocimiento.

A pesar de los avances tecnológicos, que mucho apoyan la expansión del conocimiento, no hay momento más importante en la formación de la niñez y la juventud que el momento en que se reúnen estudiante y maestro a compartir tiempo y propósito.

En este mes, autoridades y maestros negocian en Oaxaca acerca de las condiciones de trabajo del magisterio, de los apoyos a la educación, de salarios y prestaciones.

En este diálogo hay que encontrar el equilibrio entre lo deseable y lo posible. Los recursos económicos no son infinitos. Hay que establecer prioridades y saber qué se puede ahora y qué puede atenderse más adelante.

Se entiende que ambas partes tengan diferentes puntos de vista; se requiere que se encuentren coincidencias, posibilidades, compromisos. De todo ello se beneficiará Oaxaca, su niñez, sus familias, la sociedad entera.

En hora buena que se dialogue.

Lo que es difícil de comprender es que mientras se construyen estos acuerdos las niñas y niños de Oaxaca no tengan clase. Las tienen todos los niños en el país, menos en Oaxaca.

Si partimos de las declaraciones de los maestros a favor de le educación y de su reiterada expresión de compromiso con ella, resulta todavía más incomprensible que nuestras niñas y niños no estén ahora mismo en clase. El tiempo es un recurso irrecuperable una vez que se ha ido. Seguramente algo parecido les dicen los maestros a sus alumnos para alentarlos a aprovechar el tiempo.

Pero el tiempo de este ciclo escolar está corriendo y estamos privándonos de esa reunión esencial entre los maestros y sus alumnos que sólo se da en clase, en sus escuelas, salones y laboratorios.

No es este el espacio para analizar las demandas de los maestros ni evaluar la respuesta de las autoridades, porque entendemos que este es un proceso en el que se van construyendo poco a poco los acercamientos en las posiciones.

De lo que se trata es de subrayar que para mejorar en educación, hay que mantener el enfoque. Lo esencial es la educación. Todo cuanto se haga por ella, debe considerarla, estar orientado a ella.

Se puede discutir, negociar, disentir, y al mismo tiempo seguir trabajando en la educación. Estaremos de acuerdo en que si para luchar por la educación de nuestra niñez hay que privarla de clases, se trata de una contradicción.

Japón es uno de los países más avanzados y de impecable disciplina, como se confirmó ante el desastre recientemente padecido por ese país. Allá los trabajadores, cuando protestan p demandan mejores condiciones, rinden más, aumentan la producción. Es su forma de protestar, quizá incomprensible para nosotros. Pero su enseñanza deja huella. Protesto y trabajo, reclamo y trabajo, exijo y trabajo. Todo a la vez. Por algo se levantaron de los efectos de la Segunda Guerra Mundial en sólo una década, y seguramente se levantarán de la terrible devastación que acaban de padecer.

Es posible, pues, seguir negociando y buscando acuerdos, pero sin afectar a niñas y niños, pues, entendemos, todo cuanto se negocia se pone en juego por su beneficio.

Empecemos por no afectar el ciclo escolar. Y que se sigan buscando acuerdos en bien del magisterio, de los niños y de la educación.

jema444@gmail.com

jesusmartinezalvarez.com.mx 

Fuente: Noticiasnet   

Compromiso de todos: la educación

Viernes, 27 de Mayo de 2011 06:35
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Oaxaca se encuentra en los niveles más bajos en los indicadores nacionales de educación, particularmente en educación básica.

Este es el hecho, concreto y constatable.

En ello todos tenemos alguna responsabilidad. Pero más que pretender hurgar en causas remotas, estaremos de acuerdo en que lo más importante es atender la realidad actual.

Para ello hay que trabajar juntos maestros, autoridades, padres de familias y sociedad en general.

Los grandes desafíos reclaman la participación de todos, una participación basada en la buena fe, el compromiso y, sobre todo, en los hechos,

La educación siempre ha sido esencial para el desarrollo de los pueblos. Lo es más ahora, en el siglo XXI, caracterizado por lo que muchos han llamado "la sociedad del conocimiento".

El conocimiento es ahora reconocido como la mayor riqueza de toda sociedad, incluso por encima de los recursos naturales. Para avanzar hay que saber. Saber y saber hacer, es decir, desarrollar conocimientos y habilidades.

Los maestros no sólo saben y saben hacer; también hacen saber. Allí está la clave de su papel fundamental en la educación. Son los maestros el vínculo entre el alumno y el conocimiento.

A pesar de los avances tecnológicos, que mucho apoyan la expansión del conocimiento, no hay momento más importante en la formación de la niñez y la juventud que el momento en que se reúnen estudiante y maestro a compartir tiempo y propósito.

En este mes, autoridades y maestros negocian en Oaxaca acerca de las condiciones de trabajo del magisterio, de los apoyos a la educación, de salarios y prestaciones.

En este diálogo hay que encontrar el equilibrio entre lo deseable y lo posible. Los recursos económicos no son infinitos. Hay que establecer prioridades y saber qué se puede ahora y qué puede atenderse más adelante.

Se entiende que ambas partes tengan diferentes puntos de vista; se requiere que se encuentren coincidencias, posibilidades, compromisos. De todo ello se beneficiará Oaxaca, su niñez, sus familias, la sociedad entera.

En hora buena que se dialogue.

Lo que es difícil de comprender es que mientras se construyen estos acuerdos las niñas y niños de Oaxaca no tengan clase. Las tienen todos los niños en el país, menos en Oaxaca.

Si partimos de las declaraciones de los maestros a favor de le educación y de su reiterada expresión de compromiso con ella, resulta todavía más incomprensible que nuestras niñas y niños no estén ahora mismo en clase. El tiempo es un recurso irrecuperable una vez que se ha ido. Seguramente algo parecido les dicen los maestros a sus alumnos para alentarlos a aprovechar el tiempo.

Pero el tiempo de este ciclo escolar está corriendo y estamos privándonos de esa reunión esencial entre los maestros y sus alumnos que sólo se da en clase, en sus escuelas, salones y laboratorios.

No es este el espacio para analizar las demandas de los maestros ni evaluar la respuesta de las autoridades, porque entendemos que este es un proceso en el que se van construyendo poco a poco los acercamientos en las posiciones.

De lo que se trata es de subrayar que para mejorar en educación, hay que mantener el enfoque. Lo esencial es la educación. Todo cuanto se haga por ella, debe considerarla, estar orientado a ella.

Se puede discutir, negociar, disentir, y al mismo tiempo seguir trabajando en la educación. Estaremos de acuerdo en que si para luchar por la educación de nuestra niñez hay que privarla de clases, se trata de una contradicción.

Japón es uno de los países más avanzados y de impecable disciplina, como se confirmó ante el desastre recientemente padecido por ese país. Allá los trabajadores, cuando protestan p demandan mejores condiciones, rinden más, aumentan la producción. Es su forma de protestar, quizá incomprensible para nosotros. Pero su enseñanza deja huella. Protesto y trabajo, reclamo y trabajo, exijo y trabajo. Todo a la vez. Por algo se levantaron de los efectos de la Segunda Guerra Mundial en sólo una década, y seguramente se levantarán de la terrible devastación que acaban de padecer.

Es posible, pues, seguir negociando y buscando acuerdos, pero sin afectar a niñas y niños, pues, entendemos, todo cuanto se negocia se pone en juego por su beneficio.

Empecemos por no afectar el ciclo escolar. Y que se sigan buscando acuerdos en bien del magisterio, de los niños y de la educación.

jema444@gmail.com

jesusmartinezalvarez.com.mx 

Fuente: Noticiasnet