La sentencia del historiador José Gaos de que “Toda biblioteca privada es en mayor o menor parte una colección de proyectos de lectura” no es más cierta que lo dicho por el novelista Arturo Pérez-Reverte en su libro El club Dumas: “Corso sabía por experiencia que, tras el fallecimiento de un bibliófilo, a las veinticuatro horas de salir el féretro, salía la biblioteca por la misma puerta”.