Foto de Michael Scott
Las reservas de agua subterráneas, de las que dependen directamente unos 2.500 millones de habitantes, sin contar los millones de agricultores y ganaderos que la necesitan para producir el alimento del que depende gran parte de la población mundial, están siendo gestionadas de forma injusta e insostenible, según advierte la Unesco en su último informe, lo que pone en peligro su supervivencia, aumentando el riesgo de una crisis global del agua.