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Humedales: los riñones de Bogotá

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descomponen aguaEn Bogotá existen 15 humedales, que limpian el aire que respiramos, evitan inundaciones, son sumideros de CO2 y un lugar de esparcimiento en medio del concreto: Sin embargo estos cuerpos de agua tienen riesgo de desaparecer por la actuación irresponsable de los capitalinos. Los humedales en Bogotá, cuenca media del río Bogotá, son ecosistemas que luchan contra la urbanización constante pese a ser ecosistemas fundamentales para que la ciudad que no sufra catástrofes naturales. Evitar que Bogotá se inunde es una de las principales funciones de los humedales.

La ciudad tiene estos reservorios de agua que también funcionan como esponjas que absorben los excesos de agua cercanos al cauce del río, filtran el líquido y lo retienen para recargar los acuíferos. Juan Amarillo, Jaboque, Torca-Guaymaral, La Conejera, Córdoba, El Tunjo, Tibanica, Capellanía, El Burro, Meandro del Say, Techo, Santa María del Lago, La Vaca, La Isla y Salitre también son importantes sumidores de carbono y, a la vez, hogar de biodiversidad. Cerca de 1.900 aves de 137 especies vuelan por los humedales, además de 115 tipos de mamíferos y 180 de plantas, incluso endémicas, como la margarita de pantano, que según la fundación Humedales Bogotá, solo se encuentra en el humedal La Conejera. Puede leer: Cuatro animales insignias del río Bogotá amenazados por la contaminación Jorge Escobar, director de esta fundación, ha visto cómo los humedales despiertan cada vez más curiosidad en la ciudadanía. “Los humedales se han convertido en aulas vivas para el conocimiento. Estadísticas de la fundación muestran que las visitas a humedales en 2019 duplicaron a las de 2018 y ese año triplicó a 2017”, dijo el ambientalista. Otro servicio ecosistémico que prestan los humedales, en este caso a ciudades gigantes como Bogotá, es que sirven como lugares de contemplación y esparcimiento, donde se puede tomar un respiro, caminar tranquilamente, leer un libro, mejorar la salud mental de los ciudadanos “invertir en los humedales, es invertir en la salud pública”, asegura Escobar.

Humedales en riesgo

Inseguridad, contaminación, presión urbanística, expansión industrial, vertimientos, sequías, incendios, son algunos de los principales tensores que combaten a diario la mayoría de los humedales en Bogotá. “Seguimos teniendo problemas por temas de sequías en varios humedales, es un tema que desde hace tiempo venimos pidiendo que se garanticen caudales ecológicos de agua de buena calidad para los humedales”, dice Jorge. La ciudad pasó de tener unas 50.000 hectáreas, hace 70 años de este ecosistema, a tan solo 726, en 2020. El humedal Córdoba, es el único que cuenta con un caudal ecológico desde 2010, por lo que en temporadas de verano no se ve afectado. Situación que preocupa a ambientalistas como Escobar, pues asegura que de no solucionar este problema, sumado al cambio climático que hace de las sequías más largas y agresivas, varios humedales podrían riesgo de desaparecer. Otro verdugo de estos cuerpos de agua, son los incendios, causados por la mano del hombre. Tibanica es el humedal que más sufre por este problema. En febrero de este año este terreno de 28 hectáreas padeció el incendio más grande de la historia de los humedales de Bogotá, según la fundación Humedales Bogotá. Le puede interesar: La rara ave de plumas rojas que apareció en uno de los humedales de Bogotá Esta situación que se repite en este mismo lugar por temporadas, trajo problemas irreversibles. “Podemos estar hablando de que ya haya desaparecido el cucarachero de pantano, un ave que solo estaba en Tibanica para cuando se le vio por última vez en 2014. Es muy posible que esa especie no exista ya para el área urbana de Bogotá”, afirmó Escobar. Las construcciones que se adelantan en las inmediaciones de los humedales, es otro de los grandes riesgos de los humedales. “Se siguen planeando vías encima de humedales, la expansión urbana los amenaza”, dice este experto. Actualmente construcciones de puentes, como el que se hace sobre el humedal Juan Amarillo, el más grande de Bogotá, con 222 hectáreas, según la fundación Humedales Bogotá, no cuenta con acciones de mitigación y compensación con el ecosistema. Además la organización asegura que la administración anterior no socializó esta obra con la ciudadanía ni con organizaciones ambientales. Situación similar vive el humedal del Salitre con la construcción de una pista de BMX, que será la nueva vecina de este cuerpo de agua que no cuenta con “alimentación de agua”, por lo que el impacto de esta construcción puede causar que desaparezca, sin contar con que factores como ruido, iluminación y tránsito de personas hará que aves y demás fauna busquen un nuevo hogar Por si fuera poco, los humedales siguen con problemas de vieja data como la inseguridad, la contaminación cultural, que hace que estos lugares sean vistos como basureros. Además la mayoría de las conexiones residenciales e industriales de alcantarillado terminan llegando a un humedal. “Es un poco paradójico que estén haciendo una adecuación de la cuenca media del río invirtiendo mucho dinero cuando parte del problema es el de las conexiones erradas que se dan en las grandes ciudades o pueblos de la cuenca. Esta inversión va a ser desaprovechada porque no se está haciendo desde la raíz del problema”, afirma Escobar. Las conexiones erradas conectan las aguas negras al alcantarillado de aguas lluvias que es el que recarga los humedales.

¿Qué viene para los humedales?

Con el aislamiento obligatorio por cuenta de la pandemia los procesos que se venían adelantando con la Secretaría de Ambiente, están en pausa. “Estábamos viendo un cambio importante con esta administración, generando unos espacios de conversación de los humedales con protagonistas que tenían que ver con ellos, reuniones puntuales donde, humedal por humedal, dependiendo de la importancia, urgencia de los temas que se querían tratar, se estaban tomando decisiones para mejorar lo que estaba sucediendo”, dice Jorge. Le sugerimos leer: Bogotá destinaría 1,3 billones de pesos para proteger los recursos naturales Sin embargo, para este experto, en los últimos 20 años la situación de los humedales ha mejorado. Cita el ejemplo del humedal de Córdoba, uno de los más emblemáticos en cuanto a recuperación. Aunque asegura Escobar que estos avances no van a la velocidad adecuada.

Fuente: Sostenibilidad.semana