ATL

Agua Agua y agricultura Agricultura de conservación, opción de productores para enfrentar sequía

Agricultura de conservación, opción de productores para enfrentar sequía

E-mail Imprimir
AddThis Social Bookmark Button

Blanca Estela Botello- 16- Agosto- 2009

Ante los severos problemas de sequía, la Agricultura de Conservación es una opción para que los productores no pierdan sus cosechas ya que permite ahorrar agua en 35 por ciento, además de que reduce costos de producción y de mano de obra.

A decir de Bram Govaerts, investigador del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el uso de la Agricultura de Conservación consiste en llevar al mínimo el movimiento del suelo; dejar el rastrojo sobre la tierra para que forme una capa protectora, y practicar la siembra de diferentes cultivos como trigo, frijol o canola, rotándolos, para un mejor aprovechamiento de la tierra.

Destacó que la agricultura tradicional se basa en el uso del arado, la labranza o movimiento constante de la tierra, la quema o remoción del rastrojo y el monocultivo, prácticas desfavorables en la producción. "Como consecuencia de estas prácticas disminuye la cantidad de materia orgánica en el suelo y, por tanto, su fertilidad y productividad. Al uso poco eficiente del agua de riego y de la lluvia se suman los altos costos de producción y los bajos rendimientos", expresó.

Refirió que el maíz es el cultivo básico y estratégico para la alimentación en México; sin embargo, en años recientes su costo de producción se ha elevado, lo que ha generado baja competitividad para los productores, tanto de zonas de riego como de temporal, en términos de costo-beneficio y, por lo tanto, la rentabilidad del cultivo ha caído. Para mejorar la producción maicera, el CIMMYT impulsa la Agricultura de Conservación, donde el rastrojo es un elemento importante, ya que protege al suelo del viento y retiene humedad, lo cual contribuye a una buena germinación.

Sin embargo, no debe dejarse todo el rastrojo, lo recomendable es que sea por lo menos 30 por ciento, y el resto se puede utilizar, por ejemplo, para alimento de animales. Para llevar a cabo la Agricultura de Conservación, los productores deben ser capacitados en cuanto a la cantidad de rastrojo a dejar en el terreno, el tipo de herramienta o maquinaria para cultivar, la profundidad de la siembra, las dosis de fertilizante e insecticidas.

Las ventajas de la Agricultura de Conservación son: mejora la textura y estructura del terreno; favorece la filtración del agua y retiene la humedad; genera ahorro de agua durante el riego; mejora las propiedades químicas y biológicas del suelo; aumenta el nivel de materia orgánica; reduce la erosión; disminuye la quema del rastrojo y al disminuir el uso de maquinaria agrícola se ahorra combustible, hay menos emisiones contaminantes y menor compactación del suelo, asociada al exceso de pases de maquinaria.

Govaerts lamentó que a pesar de las ventajas de este sistema, que en México se conoce desde 1976, casi no se utilice en el país, donde apenas hay unas 20 mil hectáreas de Agricultura de Conservación, ello debido, por un lado, a que algunos productores se resisten a cambiar la forma de sembrar y, por otro, porque falta más inversión e impulso por parte del Gobierno federal y de la iniciativa privada.

Y un ejemplo de la resistencia a cambiar es el de Marcelino Vergara, productor de maíz, quien a sus 71 años dice que no ha sido fácil dejar de sembrar en la forma tradicional, usando el arado, labrando la tierra, quemando el rastrojo y cultivando sólo maíz. Motivado por su hijo Fernando, de 45 años, Marcelino, quien posee dos hectáreas en el predio El Moral, en Texcoco, Estado de México, comenzó hace dos años con la Agricultura de Conservación en una de ellas.

"Cuando me ven (otros agricultores) que dejo el rastrojo me dicen que estoy mal, que así no se hace, pero me ha dado mejor resultado, más ahora que casi no ha llovido, el rastrojo hace que la tierra siga húmeda y crece mejor la planta", asegura.  Y relata: "A mi hijo le costó un ojo de la cara convencerme porque a mí se me hacía muy difícil trabajar la parcela a cero labranza, no me hacía a la idea, y como tenemos el sistema de riego rodado, no es por dispersión ni por goteo, sino agua rodada, se me hacía difícil dejar determinada altura del tallo de la planta, porque sentía que íbamos a tener problemas."

Y efectivamente, el primer año tuvieron problemas de encharcamientos y el zacate se enredaba, situación que se fue componiendo al tiempo que recibían asesoría de investigadores del CIMMYT.  "Fue una labor ardua y desesperante, pero a la postre hemos tenido ganancias positivas, hemos economizado y tuvimos 9.6 toneladas de producción, a diferencia de la otra hectárea, donde la sembramos de manera tradicional y tuvimos 4.5 toneladas", expresó.

Otro caso es el de José Antonio Maya, de Tlahuelilpan, Hidalgo, quien tiene dos años con el sistema de Agricultura de Conservación, pero el año pasado no le resultó bien al dejar el cien por ciento del rastrojo. "A la hora de hacer los surcos se amasaba mucho el zacate y tuvimos muchos problemas a la hora de la siembra, pues aunque el disco de la sembradora de labranza de conservación penetraba, algunos granos de maíz no se cubrieron bien de tierra y ahí no hubo nacencia de maíz.

"Pero bueno, son experiencias y, ahora, estamos para ver qué es lo mejor. Ahora lo que vamos a hacer es no dejar todo el rastrojo para que la siembra sea mejor, pero definitivamente vamos a seguir con la agricultura de conservación porque vemos más rendimientos", dijo.
Fuente