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Seguridad hídrica, bandera de mexicana en la UNESCO

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blanca-jimenez-cisneros14 Agosto, 2013 - 21:53 Crédito: Elizabeth Ruiz Jaimes / El Economista Foto: Cortesía

Blanca Jiménez Cisneros, investigadora reconocida a nivel mundial, se dedica a defender el derecho al agua y a impulsar políticas públicas para lograr seguridad hídrica, por medio de la cooperación de los países, a nivel global.

Luego de un año como directora de la División de Ciencias del Agua en la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Jiménez Cisneros comparte su experiencia en el cargo.

El principal enfoque que ha impulsado la científica mexicana en la UNESCO es el de la seguridad hídrica, que es uno de los que más preocupa, ya que “contar con seguridad hídrica implica controlar los crecientes problemas de carencia del recurso, la deficiencia de los servicios de suministro y de saneamiento del agua, así como los problemas ocasionados por los desastres naturales causados por el agua (inundaciones y sequías)”.

Este tipo de seguridad se encuentra en riesgo en el futuro, porque se espera que muchos de estos problemas sean agravados por el crecimiento poblacional, la mayor variabilidad del recurso ante los escenarios de cambio climático y la mayor carencia de agua en muchas de las regiones con déficit.

Ante ello, “se vislumbra que para el mejor manejo de este recurso, la opción viable y redituable es cooperar entre los diversos actores que intervienen en el tema del agua, cooperar entre países y regiones para su mejor manejo, cooperar entre las diversas disciplinas científicas para desarrollar mejores soluciones”, afirma Blanca Jiménez.

EN MÉXICO FALTA COMUNICACIÓN

La también Secretaria del Programa Hidrológico Internacional explica: “Los países que mejor aprovechan sus recursos humanos para establecer políticas públicas en el tema de agua son aquéllos que más invierten en ciencia, tecnología e innovación”.

Ello se debe a que, “por una parte, cuentan con mayor información, métodos y metodologías para el manejo del agua y, por otra, son los países que tienen una clara conciencia de la utilidad de los recursos humanos bien capacitados, así como de la importancia de contar con una capacidad institucional adecuada. En estos países hay una constante y productiva relación entre el sector público y la academia”.

Pero hay otros países, como México, a los que les hace falta lograr conectar a los científicos con los tomadores de decisiones y ante esta situación también opina: “Hay que acercar a ambas comunidades, para lo cual ambas deben hacer esfuerzos tanto para comunicar como para escuchar mejor”.

“Los científicos debemos hablar de manera más clara y con respuestas específicamente orientadas a atender los cuestionamientos de los políticos y los políticos,a su vez, deben buscar a la academia para plantear las necesidades que el país requiera”.

Pero el país no está del todo mal, pues tiene una capacidad de cooperación internacional importante en el tema del agua. Ello, porque México enfrenta problemas por sequías, inundaciones, servicios de agua y contaminación típica de países en desarrollo y desarrollados, que han hecho que se cree mucha capacidad humana en su entorno.

“Es esta capacidad humana la que nos permite ofrecer conocimientos y experiencias a diversos países del mundo con menor capacidad económica y/o humana”.

El puesto, dice Jiménez, también le ha dado permitido comprender mejor la necesidad de desarrollar soluciones que se adapten a las condiciones locales así como a las diferentes culturas.

elizabeth.ruiz@eleconomista.mx

Fuente: El economista