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Una reflexión sobre el agua

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EDMAR ARIEL LEZAMA RODRÍGUEZ@edmar_arielmié 10 abr 2013 02:19

1.- El agua en México no siempre es dadora de vida, a veces las tormentas terminan por ahogar comunidades enteras. El agua es injusta y sin conciencia social, pues siempre aparece en la forma y cantidad adecuada en lugares donde no se le necesita de forma urgente. El agua, así es el agua.

2.- En la literatura mexicana, quizá la obra que mejor aborda al agua como personaje central y protagónico de una historia sea “Las grandes aguas” de Luis Spota, donde el protagonista, un ingeniero honrado y honorable ubicado en el periodo pos revolucionario, es capaz de ofrecer la propia vida de su primogénito como ofrenda a la caprichosa agua para salvar a toda una comunidad. ¿Brutal? Deben leer dicha novela para entender lo exigente que puede ser el agua.

3.- El agua no siempre debe aparecer en su forma tradicional, a través de ríos, mares, lagos o lluvia, ya que también el llanto es agua. Ludwig Van Beethoven nunca conoció el mar, él decía que no era necesario ya que las lágrimas son como esa agua que sólo se ve en las costas, agua salada. No importa si el llanto se provoca por el desamor, el arrobo o el engaño, ya que las lágrimas siempre serán como el agua de mar.

4.- Y hablando de agua de mar, es muy común tener una extraña sensación de inseguridad cuando se nada océano adentro y no se tiene la certeza sobre lo que puede pasar debajo de uno. Esa experiencia se puede vivir una tarde lluviosa bebiendo whisky y escuchando cuarteto de piano número dos opus 26 de Johannes Brahms. La obra es brutal y nos lleva a ese sentimiento mencionado debido a la inseguridad que puede generar en uno.

5.- El agua embotellada es un caso particular, ya que lo mejor que se puede hacer con ella es abrirla y vaciar su contenido en algún jardín o parque. Después de lo anterior, se rellena la botella con tequila Herradura blanco y así se puede entrar a lugares como Bellas Artes, Sala Netzahualcóyotl o un salón de clases. La mejor manera de beber sin que nadie se dé cuenta.

6.- El agua más feliz es la que se utiliza cuando se es niño, ya que no existe ninguna idea sobre la escasez de ese líquido. Se puede mojar a cuanta persona pase por enfrente de uno, entrar a una guerra de globos rellenos de agua o abrir la llave de la manguera y jugar a los bomberos, todo sin ningún remordimiento.

7.- Justo ahora me recuerdo de niño, jugando en el patio de la casa y escuchando a mi abuela gritarme: Edmar, entra ya, es hora de preparar el agua.

Siempre hacíamos agua de guanábana; desde ese momento supe que no existe líquido más dulce que se pueda probar. Ella se encargaba de meter todo a la licuadora y yo de endulzar la bebida. Mi abuela me daba la orden de ponerle azúcar al vaso, yo preguntaba cuanto y la respuesta siempre era la misma: la que tú creas conveniente.

8.- Quizá exageré en el punto anterior, ya que si en este momento yo tuviera novia siempre le diría que no hay líquido más dulce que se pueda probar que el qué sale de sus labios después de besarla.

Fuente: SDP Noticias