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Agua y crisis

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ENVIADO POR HORACIO SALAZAR EL LUN 08 ABR 2013 02:53:43 CDT.

Cuando la leche es poca, al niño le toca. Cuando el agua es poca, ¿quién la debe consumir? ¿Las personas o los cultivos? Esta es una pregunta delicada en condiciones de escasez como las que vivimos en el noreste del país.

Una respuesta simplista es que la Fracción XXII del artículo 14 Bis 5 de la Ley de Aguas Nacionales dice que “el uso doméstico y el uso público urbano tendrán preferencia en relación con cualesquier otro uso”. O sea que el consumo por personas tendría precedencia.

Pero las cosas nunca son tan simples. En el Distrito de Riego 026 hay más de cinco mil productores a quienes un Presidente les concesionó las aguas del río San Juan y que desde la construcción de El Cuchillo no han dejado de reclamar.

¿Tienen razón en sus reclamos? En parte sí.

Toda obra de infraestructura de gran tamaño tiene impactos sobre el equilibrio de un ecosistema, y esto también es válido para la cuenca del San Juan. El Cuchillo se construyó por la presión social que implicó la urgente necesidad de agua potable para Monterrey, aunque siempre hubo estudios técnicos que la veían como una opción poco deseable.

Cuando llueve no hay problemas: los cauces se llenan y la crisis se aleja un poco. Pero cuando no llueve, renacen los viejos reclamos: Nuevo León le está robando el agua a Tamaulipas, dicen. Así empiezan a decir en Veracruz: Monterrey le quiere robar agua a Veracruz.

La primera fracción del artículo ya citado reza: “El agua es un bien de dominio público federal, vital, vulnerable y finito, con valor social, económico y ambiental, cuya preservación en cantidad y calidad y sustentabilidad es tarea fundamental del Estado y la sociedad, así como prioridad y asunto de seguridad nacional”.

O sea: el agua no es de Nuevo León, ni de Tamaulipas ni de Veracruz. Es de México, y toca a la Comisión Nacional del Agua buscar su manejo apropiado. ¿Que es difícil? Sí, por eso la CNA es un organismo técnico. Y sus estudios deben iluminar las decisiones políticas. Porque en definitiva si los agricultores del 026 se quedan secos o si Monterrey se queda sin agua, perdemos todos.

Fuente: Milenio