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El gran reto de la sociedad del conocimiento: dar sentido a los datos

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alfabetizacionEl estudio `Alfabetización digital y competencias informacionales´ (Col. Fundación Telefónica / Ariel) señala que debemos usar las TIC de forma inteligente para evitar la marginación cultural.

Madrid, 5 de julio de 2012. El gran reto de la sociedad del conocimiento es dar sentido a los datos, interpretarlos y convertirlos en algo útil, según el estudio Alfabetización digital y competencias informacionales (Col. Fundación Telefónica / Ariel), que señala que debemos usar las TIC de forma inteligente para evitar la marginación cultural y se ha presentado en el Espacio Fundación Telefónica.

La alfabetización en la cultura digital va más allá del manejo de aparatos y programas, su verdadero sentido está en adquirir las competencias y habilidades intelectuales y emocionales para el uso de las TIC con fines inteligentes, según este informe realizado por Manuel Area, Alfonso Gutiérrez y Fernando Vidal a partir de una encuesta realizada a 1.200 padres de menores de entre 8 y 17 años residentes en España sobre cómo afrontan los padres la relación entre TIC y educación.

De vuelta al analfabetismo

Según datos de Internet World Stats, referidos a marzo de 2011, ya son más de 2.000 millones las personas en el mundo con acceso a Internet, y en nuestro país, el porcentaje de usuarios de Internet alcanza el 67,1% de los habitantes, una cifra que llega al 95% en la franja de 16 a 24 años, según el Informe sobre la Sociedad de la Información de Fundación Telefónica 2011.

La sociedad de la información no implica necesariamente una sociedad de mayor conocimiento: una cosa son los datos y otra bien distinta es la capacidad de interpretarlos, darles sentido y significado útil para ciertos propósitos, es decir transformarlos en conocimiento. Según el informe, la alfabetización en la cultura digital supone aprender a manejar los aparatos y el software vinculado, además del desarrollo de competencias o habilidades cognitivas relacionadas con la obtención, comprensión y elaboración de información.

A esto hay que añadir el cultivo y desarrollo de actitudes y valores que otorguen sentido y significado moral, ideológico y político a las acciones desarrolladas con la tecnología. Para ello, el individuo tiene que aprender a aprender durante toda su vida, saber enfrentarse a la información de una manera útil e inteligente y cualificarse profesionalmente en el uso de las TIC.

Imagen: desde la izq. José de la Peña, director de Educación y Conocimiento en Red de Fundación Telefónica, junto a dos de los autores Manuel Area y Alfonso Gutiérrez

Nativos y emigrantes digitales

Dentro de la Sociedad de la Información, los adolescentes y jóvenes son los sectores de población que más acceso y uso realizan de las redes de telecomunicaciones. Marc Prensky (2001) acuñó el término nativos digitales para referirse a la generación nacida en medio de las Tecnologías de la Información y la Comunicación, a la que opuso la de los adultos procedentes del ámbito de la cultura impresa que se han encontrado ya de mayores con las TIC, los emigrantes digitales.

Los jóvenes saben más de la tecnología, un determinado dominio o ámbito relevante de la sociedad actual que sus padres o profesores, actores principales en el proceso de alfabetización. Sin embargo, los jóvenes no han desarrollado la suficiente reflexión sobre la importancia de las tecnologías en su vida: es ahí donde la función educadora de padres y profesores adquiere todo sentido, valor y necesidad.

El profesorado ya no es un proveedor de la información, sino un facilitador del aprendizaje, y a su labor de enseñar a aprender a sus alumnos se une su permanente necesidad de actualización a lo largo de toda la vida. El otro gran agente educador es el del ámbito familiar, cuyo papel es incluso más complejo: el de la “informacionalización” de las familias, mejorando la responsabilidad, la participación, el emprendimiento, la proactividad, la capacidad crítica y deliberativa, la comunicación y expresividad, la interacción con el mundo y la mirada global, etc. Los padres, según Charo Sádaba y Xavier Bringué, de la Universidad de Navarra, tienen tres tareas fundamentales: conocer bien el mundo digital para poder ser útiles a los hijos en ese mundo, hacerles conscientes de la responsabilidad que implica el uso de medios digitales y ser conscientes, a su vez, de que, más que nunca, la educación está en primer plano.

Conclusiones de la encuesta

1. Nuestra sociedad avanza hacia la plena cobertura de infraestructura doméstica y escolar de TIC para los menores.

2. Un mayor dominio y disfrute de las TIC por parte de los padres no conduce a mayor permisividad en cuanto al uso que hacen los menores, sino al contrario.

3. La brecha digital no está en los accesos e infraestructura, sino en los estilos educativos de las familias

4. Los hijos manejan la informática, pero no se forman en competencias informacionales.

5. La mayoría de los padres no identifica todavía recursos educativos en las TIC.

6. Internet y las TIC son un buen medio educativo si los padres enseñan, educan y acompañan a sus hijos.

7. Los padres no valoran el carácter formativo que para sus hijos puede tener la creación de webs y blogs.

8. Los padres creen que hay riesgos en Internet, no se sienten impotentes frente a las TIC, pero demandan una formación específica que les ayude a aprovechar el potencial formativo que tienen para sus hijos.

9. Cuando los padres manejan y disfrutan de las TIC, piensan en mayor medida que éstas tienen valor formativo y perciben menos riesgos para sus hijos.

 

Fuente: Iberarte