Foto de Michael Scott
Las reservas de agua subterráneas, de las que dependen directamente unos 2.500 millones de habitantes, sin contar los millones de agricultores y ganaderos que la necesitan para producir el alimento del que depende gran parte de la población mundial, están siendo gestionadas de forma injusta e insostenible, según advierte la Unesco en su último informe, lo que pone en peligro su supervivencia, aumentando el riesgo de una crisis global del agua.
La razón principal de la extinción de estos acuíferos se halla en la ineficacia de los gobiernos responsables de protegerlos, que permiten su contaminación así como la explotación injusta y desigual de los mismos. Para frenar esta tendencia y promover un gobierno eficiente de las reservas de agua, la Unesco reunió en Nairobi a un grupo de expertos del más alto nivel en la 2ª Consulta del Proyecto de Gobernanza de Aguas Subterráneas.
Más o menos la mitad de la población mundial depende del agua de depósitos subterráneos para beber, mientras que aproximadamente el 43% se utiliza de forma efectiva para el riego de cosechas, además de que, de forma natural, ese agua contribuye a mantener ecosistemas que son imprescindibles para la vida humana.
Sin embargo, este agua está siendo derrochada debido a un gobierno irresponsable que permite modelos de uso del agua que, según la Unesco, no son sostenibles, un fenómeno que se acentúa en los casos en los que las reservas de agua son compartidas por dos países diferentes.
Gobierno responsable del agua
Lo cierto es que el mundo se enfrenta a un reto desconocido en las próximas décadas. La población mundial se espera que aumente hasta los 9.000 millones de personas en los próximos 40 años, según Alice Aureli, especialista del Programa Hidrológico Internacional de la Unesco, que alerta sobre los riesgos adicionales que suponen el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y la limitación de los recursos naturales.
La Unesco defiende el uso racional de los acuíferos subterráneos para enfrentarse a los desafíos que supone la escasez de agua en zonas como el África subsahariana y tomar conciencia sobre la necesidad de un comportamiento adecuado en cuanto a la gestión del agua para prevenir una crisis global de los recursos hídricos.
Fuente: Energía y ahorro
