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Agua Gestión del agua La gestión del agua en México

La gestión del agua en México

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gestion_agua_mexicoEn el sur y sureste se sufren las mayores catástrofes por inundaciones.

Un viaje del pasado hacia el futuro.

Por: Norma Patricia Muñoz Sevilla y Pedro Joaquín Gutiérrez-Yurrita

Unas cuantas cifras

Para generar 3.8% del PIB en México, se consume 70% del agua nacional. Aproximadamente 13% de las personas laboralmente activas usan este recurso para cultivar entre 20 y 23 millones de hectáreas.[1] Del agua utilizada para riego, 33% es subterránea y el rendimiento agrícola por hectárea de superficie de riego cultivada sólo mejora entre 2.2 y 3.6 veces al de temporal.[2] México incrementó la dotación de agua para actividades agropecuarias en más de 23% de 2001 a 2009.[3] El 11% del agua en México va para servicios municipales (uso doméstico) y 19% para uso industrial. Para contextualizar esta gestión del agua en el ámbito internacional, pondremos como ejemplo una región del mundo con ingresos del PIB muy superiores a los de México, y con grandes regiones con alto estrés hídrico, como Europa Occidental: 8% agua para agricultura; 16% uso doméstico y 77% uso industrial.[4]

El crecimiento en el periodo 2007-2012 de la asignación de agua para usos municipales es de 30.3%, pero lo más importante es que 62% del volumen total es de agua subterránea.[5] Y lo más alarmante, el volumen de agua destinada a la industria fue sólo 4% del total nacional, pero con un incremento de agua subterránea en más de 40%. Durante este sexenio, el agua para la industria tuvo una reducción de 78% de la destinada en 2009. ¿Cómo se debe interpretar esta gestión nacional del agua?

Esta forma tan desigual y poco productiva de usar nuestro recurso hídrico, escaso en el norte y centro del país y abundante en el sur, es una de las causas principales por las que no pudo surgir una nueva Ley Aguas Nacionales (LAN) en 2004 y, sólo se logró una gran reforma de la anquilosada LAN de 1992. El reglamento de ésta todavía no se ha modificado; esto es, si la reforma fue grande, y si toda ley necesita reglamentos para proceder, ¿cómo aplicar la LAN con unos totalmente obsoletos?

Desde el decreto de la reforma sólo una vez se ha cambiado el reglamento, en 2011, para especificar que no se necesita permiso de concesión de uso de agua para generar energía eléctrica que no sobrepase los 30 Megavatios (Artículo 120 del reglamento y 80 de la LAN). Otro ejemplo: el artículo 29bis de la LAN, se introdujo en la reforma del 2004, y menciona que una restricción del uso del agua es cuando se afecten los caudales mínimos ecológicos… pero no sabemos todavía qué es un caudal mínimo ecológico; y aunque se tuviera el concepto, no hay reglamento que nos diga cómo estimarlo.[6]

Por otro lado, la desigual distribución natural del agua en México va emparejada a los distintos grados de marginación social y rezago económico de las comunidades en el país. Las regiones con mayor volumen de agua son las que en promedio registran los menores estándares de calidad de vida de la nación (sur y este de México).[7] El centro y norte del país, que congrega a cerca de 77% de la población total y genera 78% del PIB, sólo cuenta con 31% del agua renovable, mientras que en el sur y sureste de México se sufren las mayores catástrofes por inundaciones. Catástrofes que se deben en gran parte a asentamientos irregulares de la población, por no respetar los cauces naturales de los ríos, ni la historia de lluvias de la región. En innumerables ocasiones se ha dicho que la catástrofe es un fenómeno asociado al hombre, y por tanto, no existe en la naturaleza, de tal modo que es perceptible y cuantificable por y para el hombre. Pero sea como fuere, somos humanos y tenemos que vivir con dos historias paralelas. La historia natural y la de los asentamientos humanos. La primera se liga a los fenómenos climáticos, geológicos, ecológico-evolutivos de la Tierra, mientras que la segunda se empareja con los fenómenos de colonización humana, distribución de recursos naturales, oportunidades productivas, pobreza, marginación y potencial de desarrollo. Andrew Steer, enviado especial a la cop 16 por el Banco Mundial, lo resume: “si a usted le preocupa el clima, o la pobreza, simplemente debe hacer del agua un tema central de su reflexión”.

Agua y sociedad

La administración del agua no es tarea fácil en ningún país, pero en México es especialmente compleja. La forma de resolver tanto los conflictos sociales como las controversias legales debidas a la desigual gestión del recurso depende de nosotros, que debemos generar una tecnología propia para determinar los caudales ecológicos; desarrollar programas sociales ad hoc a cada comunidad para el abastecimiento de agua, en especial en zonas áridas; innovar sistemas de producción industrial para que sean más limpios, menos consumidores de energía y se reduzca, así, la contaminación de nuestros ríos y acuíferos. Pero sobre todo, debemos generar una conciencia ambiental que ponga la cultura del agua en el centro de nuestras actitudes y actividades.

Vivimos en la sociedad del riesgo y del peligro. Nos ponemos en riesgo desde el momento en que salimos a la calle; en que explotamos nuestros recursos naturales irracionalmente; cuando consumimos artefactos eléctricos, con baterías, etcétera, de manera innecesaria, y generamos residuos sólidos y vertidos químicos que van a parar a nuestros ríos, lagos, mares; cuando utilizamos los recursos hídricos de forma irresponsable.

La administración pública vigente, a través de la conagua, ha desarrollado una política pública integral para enfrentar el desafío que la administración de este recurso nos presenta. Su política de gestión de los recursos hídricos se desarrollará siguiendo lo que llaman Diálogos por el Agua y el Cambio Climático y la Agenda del Agua 20/30.

Diálogos por el Agua es una política más de Estado que pública. Se desarrolla mediante reuniones de diversa índole, todas de tipo ambientalista, enfocadas a abordar los grandes retos del milenio planteados por Naciones Unidas: combatir la pobreza, detener la desertificación, revertir el cambio climático y proteger la biodiversidad, por mencionar los relevantes al tema del agua. Al final de cada reunión, hacen un llamamiento para la acción, y desarrollan planes concretos.[8]

La Agenda del Agua 20/30 permitirá a las autoridades federales consolidar su política pública del agua. Se articula en cuatro ejes de desarrollo:

i) Cuencas en equilibrio

ii) Ríos limpios

iii) Cobertura de agua potable universal

iiii) Asentamientos seguros

Presenta 16 iniciativas a diferentes escalas territoriales: regional, estatal y nacional.[9] Los cuatro ejes son importantes, y deben desarrollarse de manera simultánea y transversal. De esta forma, una de las propuestas más audaces que se hace es la de crear una nueva Secretaría del Agua. Esta institución pública federal no actuaría como la desaparecida Secretaría de Recursos Hidráulicos, establecida por el presidente Miguel Alemán en 1947; tampoco como la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos creada por López Portillo en 1976, dado que estas secretarías tenían como función primordial establecer los distritos de riego agrícola y desarrollar la política de construcción de presas multipropósito, respectivamente.

La Secretaría del Agua tendría funciones más amplias. Su ámbito de actuación sería en todas las esferas ambientales y de ordenación territorial. Una de las funciones sería implementar estudios en todo el país para actualizar el mapa de riesgos y vulnerabilidad a catástrofes ambientales, principalmente climáticas, y de ahí, programar los sitios donde deberían desarrollarse los nuevos asentamientos humanos; proponer lugares para reubicar los que actualmente estén en alto riesgo ambiental, por inundaciones periódicas o por ser azotados por tormentas, huracanes o ciclones casi cada año. Esta nueva institución reforzaría los papeles de los Consejos de Cuencas y sobre todo, de los Comités Técnicos de Aguas Subterráneas, dado que el incremento de explotación de este recurso está creciendo a un ritmo insostenible a corto plazo. Apoyaría campañas de cosecha de agua, mediante la revegetación en sitios estratégicos, donde en realidad el agua de lluvia sea capturada de forma rápida por el subsuelo y almacenada en los acuitardos para su ulterior aprovechamiento. Su programa de revegetación también tendría como objeto la conservación del suelo y el fomento de conductas sustentables. Entrar en el mercado de agua virtual de manera decidida, y establecer un sistema claro de precios y tarifas de agua en bloque que coadyuve a eliminar las externalidades. Esta secretaría tendría atribuciones que actualmente están repartidas entre Semarnat, Sedesol, Sagarpa, SRAy Sectur.

El futuro inmediato

La administración de cualquier Estado social, de derecho y por tanto democrático, apoya su gestión en instituciones que le aseguren el cumplimiento de los objetivos que ha propuesto en su plan nacional de desarrollo. La mejor forma de asegurar esa transmisión de objetivos públicos a programas de acción, es mediante una estructura institucional que le permita socializar sus acciones, velar por el mantenimiento de los programas propuestos, vigilar el cumplimiento de los ordenamientos jurídicos que los sustentan, ejercer la aplicación de la justicia de manera pronta y expedita, retroalimentar sus programas con los nuevos retos que emergen por tratarse de una sociedad en movimiento, creciente y demandante. Para tener esa estructura administrativa trabajando eficazmente, la tendencia en México desde hace pocos años es a crear órganos interinstitucionales. De esta forma, la autoridad pretende “forzar” la transversalidad entre las instituciones de su estructura administrativa. Asimismo, busca optimizar los recursos y hacer más eficiente el tiempo de respuesta entre la aparición un problema socio-ambiental y su resolución satisfactoria.

La propuesta de crear una Secretaría del Agua o una Secretaría de Ordenamiento Territorial es buena, pero se queda corta con lo que debería hacer. Más de las 16 iniciativas deben desarrollarse para llevar a México por el camino de la sustentabilidad. Los tres pilares del desarrollo sustentable (social-económico-ecológico), para heredar un México mejor están desigualmente desarrollados, y tenemos que potenciar los más débiles. Una propuesta más completa sería la creación de una Secretaría de Conservación del Patrimonio Paisajístico para la Sustentabilidad.[10] Esta Secretaría sería una dependencia que englobe los temas ambientales con la importancia que éstos tienen para la perpetuidad de la vida y la continuidad de los procesos económicos de la entidad, en ese orden. Conjunta las funciones de semarnat con las de sedesol, pero sin pretender fusionarlas en su totalidad, ya que su objeto es diferente. Este nuevo ministerio contendrá una visión económica, social y ambiental holística, elaborando una gestión integrada en materia de sustentabilidad, en virtud de que se buscaría el equilibrio en el progreso de los tres pilares del desarrollo sustentable, como si fuese su columna vertebral.

La creación de una Secretaría que apueste en primera instancia por la conservación biológica y no por el desarrollo sustentable, conlleva grandes cambios conceptuales para entender la vida y dentro de ella, la ecología:

- Cambia el paradigma para manejar los recursos naturales, de una visión antropocéntrica a una ecocéntrica, más apegada a los valores holísticos de una sociedad que camina hacia la llamada tercera cultura

- Circunscribe el concepto de desarrollo sustentable en su ámbito de acción, y busca desplegar el principio de sustentabilidad como camino para el crecimiento económico, reducir las brechas sociales, sumar en la espiral del bienestar social a los grupos sociales y comunidades indígenas que viven en extrema pobreza o en pobreza multidimensional, en los sitios con mayor calidad ecológica en México.

- Asegura el cumplimiento de la normatividad en materia ambiental, con lo cual se reducirán de manera gradual, pero constante, las externalidades producidas por las empresas contaminantes.

- Visualiza al paisaje como el escenario natural o artificial en el cual el hombre desarrolla sus actividades y por tanto, como parte inherente a su cultura y medio de subsistencia.

- Asegura la socialización del conocimiento y del desarrollo tecnológico en materia ambiental, de tal manera que puedan diversificarse las opciones productivas, restaurarse, rehabilitarse y redirigirse los procesos ecológicos dañados en ecosistemas conectados en red.

Este último punto va relacionado con el desarrollo de programas de educación ecológica, concientización ambiental a todos los niveles de escolarización y en educación no formal. Un ejemplo

de cómo puede generarse un programa educativo con esta filosofía holística, es el doctorado en Ciencias en Conservación del Patrimonio Paisajístico que creó el Instituto Politécnico Nacional. Este doctorado forjará profesionales e investigadores altamente capacitados en temas ambientales (paisajísticos) mediante un programa académico transdisciplinar que para desarrollarse adecuadamente debe contar con la participación de diferentes Unidades Académicas politécnicas, así como de otras instituciones nacionales e internacionales.[11]

[1] INEGI. 2010. Banco de Información Económica-Producto interno bruto trimestral.

[2] SAGARPA. 2009. Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera.

[3] CONAGUA. 2010. Estadísticas del Agua en México. SEMARNAT, México.

[4] ONU

[5] CONAGUA. 2011. Compendio Estadístico de Administración del Agua. SEMARNAT, México.

[6] Instamos a los lectores a que consulten la página del Congreso de la Unión, para que lean las leyes y reglamentos federales.

[7] CONAGUA. 2011. Atlas del Aguanen México. SEMARNAT, México.

[8] CONAGUA. 2011. Diálogos por el Agua y el Cambio Climático: Llamado a la Acción. SEMARNAT, México.

[9] CONAGUA. 2011. Agenda del Agua 2030. SEMARNAT, México.

[10] Rosillo, I. y Gutiérrez-Yurrita, P. J. 2011. Una Secretaría de Estado con Futuro: La Secretaría de la Conservación del Patrimonio Paisajístico para la Sustentabilidad [última parte]. Derecho Ambiental y Ecología, 7 (40): 68-71

[11] Información sobre este programa de doctorado puede encontrarse en: http://www.ciiemad.ipn.mx/

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NOTA: Esta sección pone a disposición de especialistas y de la comunidad interesada en el tema información relevante acerca de la problemática hídrica y sus posibles soluciones. El contenido reflejará estrictamente el análisis, ideas y opinión del autor o autores, sin que la Fundación ICAparticipe o incida de manera alguna con los contendios de estos artículos.

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Fuente: equilibrio