Beatriz Guajardo Peredo
En la actualidad, y dado que los sistemas de suministro de agua potable son insuficientes y requieren de altos costos de mantenimiento, se recurre a la práctica ancestral de utilizar agua de lluvia para consumo humano; en particular, cuando colapsan los procedimientos o sistemas municipales.
El agua de lluvia es limpia, gratuita y su acopio requiere de infraestructura sencilla para su captación, almacenamiento y distribución, además de un bajo costo de mantenimiento.
El agua subterránea disponible representa el 70% para consumo humano, pero cada vez es más cara su extracción y su calidad dudosa. El agua superficial, que representa el restante 30% para consumo humano es, día a día, menos apta por el alto grado de contaminantes que presenta.
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