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Agua Agua e industria ¿Cuánta agua se requiere para producir un vaso de leche?

¿Cuánta agua se requiere para producir un vaso de leche?

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En el corazón del desierto chihuahuense, en un paisaje dominado por matorral xerófilo y bajo el aplomo de los rayos del sol se extienden setenta mil hectáreas de cultivo de alfalfa, maíz, avena y sorgo que son regadas con agua subterránea y sustentan la intensiva producción de leche en la comarca lagunera.

MÉXICO.- Esta región que comprende diez municipios del Estado de Durango y cinco municipios de Coahuila, es un importante nodo económico que alberga uno de los corporativos líderes en la producción de leche. La empresa de lácteos Lala es la segunda de mayor importancia en Estados Unidos y actualmente ocupa el quinto lugar a nivel mundial.

En el marco del Coloquio “Cambio global, seguridad hídrica y conflictos socioambientales en México” que concluyó el 25 de mayo en Morelia, Michoacán, el doctor Celso Valencia, investigador de la Universidad Autónoma de Coahuila, expuso la grave situación de la sobreexplotación de acuíferos en esta región de México.

“Los ríos Nazas y Aguanaval hacen posible la agricultura de riego en la cuenca. En la gestión tradicional del agua, ha dominado la estrategia de oferta de agua bajo la subvención pública masiva para fomentar las grandes obras hidráulicas” mencionó  el especialista y añadió que “en 1900 se comenzó a aprovechar el agua que era detenida por bordos que rompían la corriente y la dirigían a cajas de agua de doscientas hectáreas. 

Esta agua era utilizada en el cultivo del algodón que en algún momento se extendió hasta en ciento veinte mil hectáreas de siembra, y esto ocurrió antes de que existieran presas en México”.

En su conferencia titulada “Agroindustria, sobreexplotación de acuíferos, deterioro de ecosistemas y arsénico en el agua potable de la comarca lagunera”, el doctor Valencia detalló que durante la década de los 90´s inició la transición de hatos chicos o medianos hacia hatos “monstruo”. 

Anteriormente, los hatos de ganado más grandes eran de 300 vacas, existían establos de ejidatarios y tradicionales en los que se tenían hasta 15 vacas. Pero por la entrada de fibras artificiales al mercado textil, Estados Unidos baja el precio del algodón que en aquel momento se cultivaba en la comarca y es cuando se da este cambio hacia los hatos de mil vacas. 

Hoy en día existe un establo que en el que hay hasta 30 mil vacas, es el más grande de todo Latinoamérica. La base de la alimentación para el ganado son los forrajes y los concentrados de grano y existe una idea errónea, según Valencia, de que si no hay alfalfa no hay buena producción lechera, “es una idea que domina en la idiosincrasia del ganadero”.

Se estima que actualmente hay 40 mil hectáreas de alfalfa que crecen en la Comarca lagunera, cada hectárea requiere anualmente una lámina de riego que equivale a tener una alberca de 10 mil metros cuadrados por 2 metros de profundidad.

El especialista añadió que “actualmente existe un déficit hídrico de aproximadamente 280 millones de metros cúbicos de agua en la comarca lagunera, pues se ha estimado que la recarga natural de los acuíferos es de tan sólo 518.9 millones de metros cúbicos, mientras que se utilizan 800 millones para el riego de la alfalfa”. En particular, en la zona de cuatro ciénegas donde no existen ríos, se utiliza el agua de los acuíferos de los valles que nutren módulos de hasta doscientas hectáreas de alfalfa. 

Una de las consecuencias de la sobreexplotación del acuífero es la elevada concentración de sales en el agua y en particular de arsénico. La Organización Mundial de la Salud recomienda que no existan más de 10 microgramos de arsénico por litro, en Torreón y Gómez Palacio existen 9.60 microgramos por litro.

Para finalizar, el doctor Celso Valencia subrayó la urgencia de implementar un uso racional del agua en la región de la Comarca Lagunera que considere las necesidades del ambiente y de salud pública de los habitantes. 

Por otro lado, se requiere intentar restituir de alguna manera la hidrología que había en la zona, recuperar la integridad ecológica de los ecosistemas y esto se puede hacer al mismo tiempo que se tomen medidas para lograr un cambio en la alimentación del hato lechero a forrajes que demanden menos agua que la alfalfa.

Fuente: bionero