Andamos enfadados hoy, qué le vamos a hacer, el barco avanza a trompicones entre el hielo, a golpes que agitan toda su estructura y cuyo rugido invade cada escondite del buque. Pero no pasa nada, llegaremos bien a nuestro destino, todo tiene sus tiempos ¿O no?
Claro, bien, la respuesta a la pregunta es no o, máximo, depende, no todo tiene sus tiempos, ahora ya hemos aprendido que se pueden cambiar las cosas. El ser humano tiene mucho que decir, y tiene la capacidad de realizar cambios, es un ser orgulloso que dedica mucho tiempo a ganar, conquistar y a vencer, especialmente a la naturaleza que, de momento, no se ha demostrado que ataque, aunque se defiende, claro. Pues eso, queremos cambiar el mundo y, algunos, ellos, esos, otros, quieren cambiarlo también, pero en este caso significa destruirlo.
Damos unos segundos para pensar en países, políticas, conceptos, territorios y mapas. Exacto, si eres uno de los 'Cinco fantásticos del Ártico', puedes cambiar muchas cosas y el Ártico te pertenece, porque ha sido repartido como una tarta de nata, con límites casi perfectos.
Volvemos a la vida real, Rusia, EEUU, tienen la llave del Ártico, bueno, han dejado libre dos pequeñas salchichas que, por cierto, no se comunican, eso es más interesante ya que, si a alguien le apetece acercarse, podrá entrar previo pago, porque siempre pisará aguas de uno u otro país. Después de todo, casi hay que agradecer que tal y como se ha puesto el reparto, al menos han tenido la delicadeza de dejar 'en libertad', en una de esas salchichas, el Polo Norte, ese kilómetro cero que tanto ha inspirado a novelistas y niños soñadores, que vuelve locas a las brújulas y por el que tantos exploradores se han quedado a mitad de camino o a sus puertas.
¿Qué precio tiene algo único? Exacto, el que quieras ponerle, y el que quiera cruzar ese lugar único, lo pagará mientras sea rentable. Pues en eso estamos, miramos un globo terráqueo desde arriba y viendo los países que 'tocan' el Ártico, el Mediterráneo del Norte.
Esos magníficos van a disfrutar, si nadie lo remedia, de la explotación de los recursos de la zona que, tal y como están las cosas, se calcula que estarán disponibles en muy poco tiempo, cuando vaya desapareciendo el hielo. Para que nos hagamos una idea, queda poco, muy poco para que puedan disfrutar de transporte marítimo barato y mucho más rentable, ya que es un atajo muy ansiado, minerales, petróleo, gas y pesca ¡Y sin piratas malayos!
Todo esto se ha decidido en unas cuantas reuniones con tarjeta VIP y gorila en la puerta. Evidentemente, cuando organizas una fiesta tú eliges a los invitados, así que dejaron fuera a países como Suecia, Finlandia e Islandia, o a la Unión Europea, que aunque sean vecinos no tienen por qué caer bien o, para ir a lo básico, cuanto menos seamos, más toca, las matemáticas aquí no fallan.
Y así estamos. ¿Qué os parece? ¿Queréis hacer algo? Aún estamos a tiempo, os contamos cómo está la situación cuando aún se podría hacer algo. ¿#Acampadaártico? Bueno, en unos años se podría, ahora el frío es aún demasiado intenso (como en Teruel, un lugar igual de remoto). Pero podemos escribir estos post, tuittearlo, enviar el link, podemos escribir cien más, todos, que se nos oiga, bien alto. Luego no vale quejarse, hay que hacerlo ahora, antes de que cinco decidan el futuro de la zona clave con la que entender, predecir e intentar luchar contra el cambio climático.
¿Tú qué quieres del Ártico? Pues recuerda que los que se lo van a quedar quieren control, poder y dinero... Preguntamos otra vez ¿#Acampadaártico?
Fuente: El Mundo.es
