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Investigación científica por la conservación de la selva seca

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El crecimiento poblacional y las actividades productivas del hombre han favorecido al cambio climático y la pérdida de recursos naturales, así como de especies de flora y fauna. No obstante, con el propósito de contrarrestar este deterioro, el ser humano ha diseñado estrategias como las Áreas Naturales Protegidas.

Estas porciones terrestres o acuáticas del territorio nacional son representativas de los diversos ecosistemas y están reguladas por la Ley General del Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente y su Reglamento, marco regulatorio que busca conservar la biodiversidad de las zonas donde el ambiente original no ha sido esencialmente alterado.

Conscientes de la importancia de mantener la riqueza ambiental, científicos del Centro de Investigación de Biodiversidad y Conservación (CIByC) de la Universidad Autónoma de Morelos (UAEM) buscan establecer un Área Natural Protegida en la Mixteca Baja Poblana (al suroeste del estado de Puebla  en los municipios de Chiautla, Cohetzala, Huehuetlán El Chico, Jolalpan y Teotlalco), con la intención de resguardar la Selva Seca del lugar.

Este esfuerzo de los científicos morelenses por conservar el trópico seco ha sido apoyado durante dos años por el programa Volkswagen Por Amor al Planeta, financiamiento que se obtuvo como galardón en 2009 en la categoría de proyecto de investigación de un área natural protegida en el estado de Puebla.

De acuerdo con el titular del proyecto, doctor David Valenzuela Galván, el trópico seco es el ambiente que menos atención ha recibido en términos de inversión e investigación. Ello a pesar de tener varias especies endémicas de diferentes grupos biológicos y una gran distribución geográfica.

A decir del experto, la selva seca está distribuida por toda la vertiente del Océano Pacífico, del sur de Sonora hasta Centroamérica; además la Cuenca del Balsas (Michoacán, Guerrero, Morelos y Puebla) está cubierta en su mayoría por este ambiente.

De igual manera, la península de Yucatán tiene un porcentaje importante de trópico seco, así como algunas vertientes en las regiones del Golfo de México, Chiapas y Baja California.

Valenzuela Galván explicó que este ambiente se caracteriza por su ubicación en zonas tropicales y la abundante población de árboles cuya altura no excede los 15 metros.

Por otro lado, en las regiones dominadas por la selva seca la temperatura y las lluvias tienen dos periodos muy marcados: el primero, con una duración de tres a siete meses, en donde la precipitación se acumula, y otro en el que el agua escasea.

La falta del recurso ha provocado que diferentes especies de flora y fauna desarrollen estrategias evolutivas para enfrentar los retos que impone este tipo de ambiente seco.

“Algunos ratones se han adaptado a las condiciones áridas, por lo que sus riñones y sistemas de excreción son ahorradores de agua y aprovechan al máximo la disponible”, señaló Valenzuela Galván.

Por su parte, las plantas de estos ecosistemas enfrentan la escasez de líquidos con la eliminación de hojas y frutos, ya que la producción de esta materia orgánica requiere de líquidos para llevar a cabo la fotosíntesis. Por ello detienen la generación de esos elementos, ahorran el agua y la reutilizan para mantenerse con vida durante esos meses.

“De ahí viene el nombre caducifolia, pues las hojas caen durante el periodo de estiaje del año. Para los ojos inexpertos pareciera que la vegetación queda muerta, pero en realidad está latente; ya que aunque no produzca hojas y frutos sus funciones vitales están activas”, apuntó el investigador.

El director del CIByC explicó que para conocer las particularidades de flora y fauna de selvas secas estudiarán grupos bioindicadores; es decir, grupos muestra de aquellas especies cuyas características son extrapolables al resto de la población.

Indicó que en el caso específico de los animales trabajarán con grupos de roedores, murciélagos y aves; mientras que en lo referente a los insectos se enfocarán en algunas familias de escarabajos y abejas.

En el ámbito social tienen especialistas que trabajan con las comunidades rurales de la región para conocer la dinámica productiva de la zona, así como los factores culturales que afectan las prácticas de conservación.

“Prueba de ello es la ganadería extensiva en la región, pues  es un elemento de perturbación de ambientes naturales y que tiene raíces en la cultura de las poblaciones rurales sin importar su rentabilidad”, dijo.

Otra vertiente de este trabajo es la transformación de los datos obtenidos en información cartográfica, pues “no sólo es saber que en esta región tenemos tales o cuales especies, sino identificar cómo están distribuidas espacialmente dentro de la zona de estudio”.

Estas cartografías también permitirán ubicar las actividades productivas y veredas en la zona, así como los accesos a posibles zonas turísticas y de estudio.

Los investigadores del CIByC cuentan con experiencia en este tipo de ambiente, pues hace diez años lograron que se decretara una Reserva de la Biósfera en la Sierra de Huautla, Morelos, sitio dominado por la selva seca y donde han trabajado para conocer la riqueza biológica.

En el proyecto de investigación de la Mixteca Baja Poblana también participarán investigadores de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y la Universidad de las Américas, así como del Instituto Nacional de Ecología. (Agencia ID)

Fuente: investigación y desarrollo