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Megafuga en el Río Bravo

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Saltillo. En la Cuenca del Río Bravo “desaparecen” anualmente tres millones de metros cúbicos de agua, mismos que alcanzarían para satisfacer durante un año la necesidad del servicio a la población de 10 municipios de Coahuila, concluyó el estudio hidrológico realizado por la investigadora Rosario Sánchez.

Recordó que en julio de 2010 se presentaron los preliminares del estudio “Impacto del Cambio Climático en la Disponibilidad del Agua en la Cuenca del Río Bravo”, que pronosticó un aumento de hasta tres grados centígrados de temperatura para los siguientes 20 años en Coahuila.

Por otra parte, en una buena noticia, al concluir la investigación, el resultado arroja una buena noticia: que el cambio climático no afectará el líquido que llueve en el estado, pues en los últimos 40 años la cantidad de agua de las lluvia no sólo no ha disminuido, sino que tiende a aumentar, lo cual contradice todos los pronósticos.

“Cuando se habla de un aumento de la temperatura, lo cual sí se ha registrado, a la par no está sucediendo una disminución de precipitación en esta cuenca, al contrario ha aumentado, existe una curva al alza”, señaló la doctora en Planeación y Administración del Agua por la Universidad de Texas A&M.

Dijo que encontraron que la tendencia es que continúe lloviendo un 0.08 por ciento más que el promedio mensual, lo que deduce que el Cambio Climático no impedirá que exista suficiente agua de lluvia para recargar los mantos acuíferos de Coahuila.

Las malas

Lamentablemente, el mismo estudio arroja malas noticias. Sánchez reveló que a la hora de medir el agua de la cuenca, la cantidad del líquido existente no coincide con lo que, según sus mediciones, debió haber entrado.

“Cuando nosotros nos vamos a medir el agua real del cauce, nos encontramos con que éste ha disminuido en proporción de 0.04 por ciento, es decir, tres millones de litros cúbicos. Entonces, la pregunta es, ¿en dónde quedó el agua?”, cuestionó la especialista.

Señaló que el 0.04 por ciento equivale a unos tres millones de litros cúbicos de agua, lo cual, teniendo en cuenta que un ser humano consume 133 metros cúbicos anuales, se deduce que esa cantidad serviría para abastecer el consumo anual de 25 mil personas.

Haciendo cuentas, esa cantidad corresponde a la población que actualmente habita en los municipios de Abasolo, Candela, Escobedo, Guerrero, Hidalgo, Juárez, La Madrid, Progreso, Sacramento y Nadadores.

Al intentar descifrar el destino de esa agua, la especialista descartó la evaporación, dado que es una cantidad muy alta; dice que tampoco dejó de ingresar al subsuelo por el cambio de uso de suelo, pues sólo el 6 por ciento del área de la cuenca está urbanizada, y por el contrario, como el 90 por ciento es agrícola, eso propicia la filtración.

Sánchez denunció que el Bravo es un río donde los derechos del agua están sobregirados, con un descontrol total en cuanto a quién usa el agua y cuánta, al grado de que no se puede confiar plenamente en los números.

“Este estudio demuestra que en la práctica, no es el cambio climático el culpable de la falta de agua, más bien una falta de administración del recurso. El agua está mal utilizada, la Cuenca del Río Bravo es una tierra de nadie”, manifestó.

Aseguró que ni siquiera la Conagua tiene el control y mediciones exactas del uso del agua de pozos concesionados a particulares, sobre todo para uso industrial y agrícola, lo cual representa el 92 por ciento del agua utilizable de la cuenca.

Fuente: Vanguardia