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La sociedad del Conocimiento

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“Si yo tengo una manzana y tú tienes una manzana, y las compartimos, entonces cada uno tiene una manzana… pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea, y las compartimos… entonces ¡ambos tendremos dos ideas!” G.B. Shaw

Para algunos la idea de una sociedad del conocimiento todavía tiene visos de novedad, vanguardia e innovación. Para quienes han seguido la evolución de este concepto, estarán al tanto de más de dos décadas de publicaciones (1) proyectos y realidades concretas en lo que se refiere a este ámbito del desarrollo científico y en estos tiempos en que el shock del futuro (2) es una mera colección de anécdotas, ese periodo nos habla ya de la existencia de un acervo sólido desde el cual es posible aprovechar metodologías específicas, concretas y también nos expresa que más que novedad, tenemos una oportunidad que consolidar un campo del saber.

Desde los seminales libros de Edvinsson(3) y Sveiby (4), pasando por Choo (5) y Stewart (6), hasta el fundamental texto de Nonaka (7), la idea de una sociedad del conocimiento ha ido pasando de ideas difusas a áreas muy concretas y específicas. Los países que han trabajado seriamente en la representación y aprovechamiento del conocimiento han definido y desarrollado tres áreas muy interesantes de estudio: la administración del conocimiento, el capital intelectual y el desarrollo de competencias con el apoyo de las tecnologías de información y comunicación.

Este tema viene a la palestra dada la reciente iniciativa por crear el Instituto para el Desarrollo de la Sociedad del Conocimiento (8), por parte de Gobierno del Estado. La intención manifiesta es impulsar a nuestro Estado a tomar el liderazgo en asuntos cruciales del desarrollo económico, y la propuesta está bien encaminada, es algo digno de aplaudir, aunque hay varios aspectos que cuidar (9) para evitar que esta idea se quede en un buen propósito.Es importante que en este proceso de definición de los objetivos a perseguir por el instituto y los métodos para ellos, se acuda a experiencias documentadas que nos apoyen a avanzar en esa línea a un paso acelerado, en consonancia con las exigencias globales, como la que Wigg

(10) reporta, en lo que se refiere a experiencias internacionales, sin perder de vista que en nuestro país hay varios casos documentados

(11). Si hay una convocatoria pública para sumar a actores clave en esta definición estratégica del perfil del instituto, es más probable que se logren resultados significativos a lo largo de la presente Administración Estatal. Entre los actores clave que deben tener vínculos permanentes de cooperación con este instituto están los representantes gremiales, aquellos interesados en que se definan referentes de desempeño profesional que permitan definir oportunidades de aprendizaje y desarrollo en la actividad económica.

Debe ser claro que las instituciones educativas convencidas de su papel transformador de la sociedad tendrán un papel preponderante en la construcción de equilibrios entre las demandas de productividad y las de desarrollo personal y social. Las oficinas gubernamentales que impulsen el desarrollo económico y social del Estado deberán aportar elementos para caracterizar nuestra realidad y los medios para impulsar las medidas definidas hacia el desarrollo de la sociedad del conocimiento. Y los integrantes de la sociedad civil que aspiren a cimentar una transformación social que dote de nuevas y significativas oportunidades a nuestros conciudadanos.

Yo espero que el multicitado instituto precise con el mayor detalle posible qué productos entregarán a nuestra sociedad en términos de la administración del conocimiento: si habrá una base de conocimiento público, o al menos la estructura para capturarlo; un sistema que haga explícito el conocimiento tácito (en términos propios de la administración del conocimiento, la elicitación de ese conocimiento, de elicit (12)) en contextos estratégicos (públicos y privados); un sistema de documentación y evaluación de competencias profesionales, con referente en la competitividad internacional.

En lo que se refiere al capital intelectual: un sistema de indicadores y su estimación del capital intelectual del Gobierno Estatal; la colocación del Estado de Aguascalientes en el mercado de valores con base en su capital intelectual. Y en lo que tiene que ver con el desarrollo y evaluación de competencias.

En Aguascalientes vivimos un proceso de enriquecimiento de nuestro capital humano, las distintas instituciones han robustecido sus equipos de trabajo con personas que han desarrollado metodologías de trabajo de clase mundial y su compromiso con el Estado les ha llevado a destacar por tu quehacer científico.

 Con los espacios abiertos para el debate, la integración de visiones y la discusión colegiada de opciones de instrumentación de esta idea, se podrá encaminar este proyecto a una realidad provechosa en el corto plazo.rmedinamx@gmail.com Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla

(1) Journal of Knowledge Management: http://www.emeraldinsight.com/products/journals/journals.htm?id=jkm; Journal of Intellectual Capital: http://www.emeraldinsight.com/journals.htm?issn=1469-1930

(2) Toffler, A. (1995) El Shock del futuro, Plaza & Janes

(3) Edvinsson, L. y Malone, M. (1997) Intellectual capital: realizing your company's true value by finding its hidden roots, HarperBusiness.

(4) Sveiby, K. (1997) The New Organizational Wealth: Managing and Measuring Knowledge-Based Assets, Berrett-Koehler, San Francisco.

(5) Wei Choo, Ch. (1999) La organización inteligente: el empleo de la información para dar significado, crear conocimiento y tomar decisiones, Oxford University Press

(6) Stewart, T (2003) The wealth of knowledge: intellectual capital and the twenty-first century organization, Currency

(7) Nonaka, I, Takeuchi, H (1995) The Knowledge-Creating Company: How Japanese Companies Create the Dynamics of Innovation, Oxford University Press

(8) http://www.lja.mx/noticias/politica/937-crearan-instituto-para-el-desarrollo-de-la-sociedad-del-conocimiento-del-estado

(9) Ackoff, R. (2001) Fundamentalism and Panaceas, Systemic Practice and Action ResearchVolume 14, Number 1, 3-10, Springer(10) Karl M. Wiig (2002): Knowledge management in public administration, Journal of Knowledge Management, Vol. 6, No. 3, 2002, pp. 224-239.

(11) Centro de Sistemas de Conocimiento (1994): “Reporte sobre Capital Humano en México”, en Aspectos tecnológicos de la modernización industrial en México, ITESM – Academia de Investigación Científica – Academia de Ingeniería – Fondo de Cultura Económica, México; y Rivera, G., Ramírez, P. y Cepeda, A. (1996): “Ambientes virtuales para la administración del conocimiento”, Transferencia, año 9, No. 34, pp. 24 – 26.

(12) Merriam-webster on-line Dictionary: http://www.merriam-webster.com/dictionary/elicit, 22-feb-2011

Fuente: La Jornada