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Un alga invasora amenaza los ríos y lagos patagónicos

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Algunos ríos y lagos patagónicos están siendo habitados por una especie de alga proveniente de Europa, Asia y América del Norte y que expone a los ecosistemas regionales a alteraciones graves e irreversibles. Esta especie es conocida con el nombre vulgar de “moco de roca” o “didymo”.

Un equipo de investigadores liderado por la Lic. Viviana Sastre de la Facultad de Ciencias Naturales en colaboración con el Ministerio de Ambiente y Control del Desarrollo Sustentable y la Secretaría de Pesca de Chubut, han realizado el primer análisis de la amenaza que sufre la biodiversidad de los ambientes acuáticos cordilleranos. 

El alga invasora Didimosphenia geminata es una diatomea pennada con rafe, perteneciente al Orden Cymbellales, vulgarmente denominada “moco de roca”. Según la investigadora, la detección de esta nueva especie fue gracias al monitoreo mensual de los ambientes acuáticos cordilleranos que realizan la Universidad y la provincia en busca de este tipo de floraciones nocivas. 

Esta diatomea, es originaria de las aguas continentales de la región templada fría del Hemisferio Norte, siendo su hábitat los ríos de Europa, Asia y América del Norte. Sin embargo, ha encontrado en el Río Futaleufú o Río Grande en la provincia de Chubut una zona apta para desarrollarse e impactar en el medio ambiente. También se ha registrado en dos ambientes de la X región de Chile pertenecientes a la misma cuenca binacional.

 El moco de roca o didymo, tiene facilidad para adherirse a rocas (epilíptica) y también a plantas (epifítica) porque produce copiosos pedicelos extracelulares que le han valido el sobrenombre de “moco de roca”. Forma densas masas con aspecto de alfombra de lana de algodón húmeda de varios centímetros de espesor, que tapizan el fondo de los ambientes acuáticos donde vive, alterando las condiciones biológicas y físicas.

 La Lic. Viviana Sastre sostiene que “los impactos ecológicos y económicos de didymo incluyen varios aspectos que van desde la disminución del oxígeno disuelto, hasta la declinación de las poblaciones de peces nativos debido a la reducción de fuentes de alimento de sus invertebrados y la transformación de hábitats apropiados.”

 Su presencia afecta la diversidad de especies bentónicas por la exclusión de diatomeas y además, interfiere en los estadios de desarrollo de los peces y ocasiona la eliminación de musgos y macrófitas por la cobertura total de los sustratos.

 De mal aspecto y olor, el “moco de roca” es una influencia negativa para el turismo y las pesquerías, y suele provocar la obstrucción de tuberías, reservorios y plantas hidroeléctricas. No se han citado efectos nocivos sobre la salud humana, excepto picazón e irritación de ojos luego de nadar en aguas con D. geminata.

Se ha demostrado que las células de D. geminata son capaces de seguir siendo viables durante por lo menos 40 días fuera del agua, cuando se las mantiene en condiciones de baja exposición solar y en ambientes frescos y húmedos. Los equipos de pesca deportiva, principalmente las botas de vadeo con suelas de fieltro, los waders de neoprene, embarcaciones y trailers proporcionan un ambiente apto para sobrevivir.

 El equipo que dirige la Lic. Viviana Sastre se encuentra integrado por la Lic. Gabriela Ayestarán de la Facultad de Cienias Naturales, Sede Trelew y el Lic. Gabriel Bauer de la misma Facultad con Sede en Esquel.

 Evitar la propagación

Las instituciones provinciales involucradas, llevan adelante tareas de prevención para evitar su propagación a otros ambientes. Estas incluyen mensajes en los medios de comunicación masivos, confección de folletos y posters, reuniones con los municipios cordilleranos y con las asociaciones de pescadores deportivos, con el objetivo de transmitir las medidas de prevención que deben adoptarse. Estas incluyen la desinfección de los equipos y embarcaciones.

Fuente: DICYT