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Agua Agua y agricultura Permitirán nuevas presas riego de mil 500 hectáreas

Permitirán nuevas presas riego de mil 500 hectáreas

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15 Proyectos para este sexenio

Chihuahua, Chihuahua.- La última presa construida en Chihuahua fue la llamada Pico del Águila, la cual se puso en operación hace 25 años, con una capacidad de almacenar apenas 48 millones de metros cúbicos de agua, nada en comparación con una de las presas más viejas y de mayor tamaño en el estado, La Boquilla, que almacena tres mil millones de metros cúbicos.

El ritmo histórico de construcción de presas en el estado no alcanza ni siquiera uno por sexenio de gobierno desde hace más de 100 años, pero la expectativa de la actual administración es construir 15, a fin de regar nueve mil 500 hectáreas de cultivos, que se sumarían a las 150 mil que ya existen con sistema de riego.

El plan hidráulico actual contempla las obras en 11 municipios del estado: Chihuahua, Maguarichi, Belisario Domínguez, Bocoyna, Guerrero, Guadalupe y Calvo, Ojinaga, Manuel Benavidez, Guachochi, Balleza, Valle de Allende y Matamoros, siendo en éste último donde se acaba de iniciar la construcción de la presa San Ignacio, primera parte del proyecto que tiene plazos de ejecución de seis años.

La aridez extrema del clima chihuahuense, aunado a la aguda sequía que ha azotado al estado durante las últimas décadas, es una problemática que no es ajena a los habitantes de la entidad, y este problema se ha agravado con la inadecuada administración de los escasos recursos hidrológicos.

Este inconveniente redunda en trabas para el progreso agropecuario y ganadero, lo cual, ante la potencialidad económica que tiene el estado debido a su riqueza territorial, ha sido un detonante para el rezago económico y por consecuencia social.

La histórica problemática ha sido abordada por el gobernador César Duarte Jáquez, quien planteó como parte fundamental de sus metas de gobierno la construcción de 15 presas en todo el estado, lo que significa la obra hidráulica más importante en la historia moderna de Chihuahua, de acuerdo con los registros de inversiones de la Junta Central de Agua y Saneamiento y la Comisión Nacional del Agua.

El tema hidráulico ha sido abordado por todos los gobernadores de la época moderna, quienes han reconocido, cada uno en su tiempo y en atención a sus circunstancias, la complejidad del problema.

Duarte anunció desde su toma de protesta la construcción en la entidad de 15 presas que servirán para evitar el abatimiento de los mantos freáticos, controlar los excedentes durante las grandes avenidas y almacenar algo que en Chihuahua es vital y escaso: el agua.

El primer mandatario estatal ha incluido el tema agropecuario desde sus inicios, primero como legislador local, luego como federal y actualmente como gobernante.

En su conjunto y una vez terminadas las 15 nuevas presas permitirán que nueve mil 500 hectáreas, hasta hoy de riego de temporal, se añadan a las 150 mil que cuentan con abastecimiento controlado.

El jefe del ejecutivo estatal anunció un agresivo programa de infraestructura hidráulica para combatir, en lo posible, la enorme problemática que genera el vivir en parte del desierto.

Como antecedente, la última gran presa construida en Chihuahua, la Pico de Águila, se edificó a mediados de los 80´s con una capacidad de 48.5 millones de metros cúbicos, nada comparado con los casi tres mil millones de metros cúbicos del gigante hidráulico de Chihuahua, la presa La Boquilla en San Francisco de Conchos, que surte de agua al Distrito de Riego 005 -en Delicias- uno de los más ricos y productivos del norte del país.

Las circunstancias económicas e hidrológicas del estado son distintas a cuando se construyeron presas de gran tamaño, puesto que su planificación obedecía a necesidades diferentes.

En el año de 1910 la visión gubernamental y las circunstancias que se presentaban cuando se planeó La Boquilla eran otras, y es por ello que en la actualidad el tamaño y capacidad de las presas, lo mismo que su ubicación y distribución, también debe modificarse para captar, almacenar y llevar el agua a donde más se necesita, de acuerdo al proyecto de infraestructura hidráulica que tiene proyectada la actual administración estatal.

Según refiere un reporte de la Comisión Nacional del Agua publicado en el 2003, "en Chihuahua el problema de la escasez del agua obedece, entre otras causas, a la irregular distribución espacial y temporal de la lluvia, es decir, los regímenes bajos de precipitación se presentan en donde la densidad de población es más alta y donde se concentra la mayor parte de las actividades económicas de las que subsisten los habitantes del estado"

En otras palabras, en Chihuahua llueve poco y se está al capricho de la naturaleza, lo cual es un problema urgente de atender y obliga a las autoridades a planificar y ejecutar proyectos hidráulicos que atiendan a esa necesidad.

El mismo reporte de Conagua subraya que "en el estado de Chihuahua se registra una precipitación promedio anual de 419 milímetros, lo que lo ubica entre las primeras cuatro entidades federativas que registran las precipitaciones más bajas a nivel nacional".

Debido a lo anterior, refiere la dependencia federal, la cantidad de agua disponible es, en muchas ocasiones, insuficiente para cubrir las necesidades de uso "e impacta seriamente la recarga de cuerpos de agua y acuíferos subterráneos".

 2.5 PRESAS CADA AÑO DEL SEXENIO

Para corregir dicha situación, la actual Administración Estatal planea levantar durante los próximos seis años presas en puntos tan distantes como Ojinaga y Matamoros, ubicados en las fronteras norte y sur del estado, o en Maguarichi y Manuel Benavides, municipios cercanos a los límites de Sonora el primero y de Coahuila el segundo.

Este programa sexenal arrancó el pasado viernes al colocarse la primera piedra de la presa San Ignacio, planeada para terminarse el próximo año en el municipio de Villa Matamoros, y cuya inversión inicial es de 15 millones de pesos.

San Ignacio será, según afirmó el gobernador Duarte, dos mil 800 veces más pequeña que La Boquilla inaugurada 100 años antes, y citó que -no obstante ello- su edificación es trascendental para detonar el potencial productivo de esa región del sur del estado.

De cumplirse el programa establecido por el gobernador Duarte, la Secretaría de Comunicaciones y Obras Públicas del Estado, en coordinación y con la participación económica de los Gobiernos Federal y Municipal, llevará a cabo la construcción de 2.5 presas cada año.

Al igual que otras seis de las presas planeadas para el presente sexenio, San Ignacio tendrá como una de sus funciones fundamentales el control de avenidas, a la par que servirá para el riego de cultivos y para dotar de agua potable a algunas poblaciones de la zona.

En Chihuahua la sequía y por ende la escasez de agua, son sólo una de las caras de la moneda en la realidad que se vive, la otra es el problema de inundaciones que se presentan cuando llueve.

Por citar sólo un caso reciente, en agosto del 2008 la ciudad de Ojinaga sufrió severas inundaciones derivadas del desbordamiento del río Conchos, lo que provocó que varios cientos de viviendas quedaran parcialmente bajo el agua. Es por ello que en Ojinaga se construirá una de las presas de mayor tamaño de entre las programadas.

La denominada presa El Pegüis, que se planeó para controlar el cauce del Conchos y las grandes avenidas que cada año se presentan, tendrá una capacidad de 50 millones de metros cúbicos, es decir, similar a la Pico de Águila, y será de triple propósito: para regar una superficie calculada en 2,500 hectáreas, para control de avenidas y para dotar de agua potable a poblados ubicados en la zona.

El Pegüis será similar en capacidad a La Boca, a edificarse en el municipio de Balleza sobre el cauce del río del mismo nombre, que se calcula almacenará 50 millones de metros cúbicos y cuyo destino es el control de avenidas y el almacenamiento de agua potable, lo mismo que para irrigar 800 hectáreas de cultivos diversos.

 PRESAS EN 11 MUNICIPIOS DEL ESTADO

Un total de once municipios serán en los que se desarrolle la obra del programa sexenal de construcción de presas, comenzando con la capital del estado para la que se contemplan tres de ellas.

La primera es la presa Bellavista sobre el cauce del arroyo El Potrero, con capacidad de 20 millones de metros cúbicos, destinada al riego de 500 hectáreas y para la importantísima recarga de los abatidos mantos acuíferos que abastecen la ciudad.

Las otras dos son la presa Majalca con capacidad de cinco millones de metros cúbicos y triple propósito, y la denominada Los Sauces que podrá almacenar hasta 10 millones de metros cúbicos y diseñada para riego y control de avenidas.

Por otra parte, en la Sierra Tarahumara se proyectan tres presas: Cahuirare con almacenaje de 6.5 millones de metros cúbicos a instalarse en los límites de los municipios de Bocoyna y Urique, y que junto con la presa Maguarichi ubicada en el municipio del mismo nombre y Rocheachi en Guachochi, servirán para el control de incendios tan comunes en la región así como para riego y almacenamiento de agua potable.

San Ignacio es la primera de las presas que se tiene programado construir durante el presente sexenio y una de las cinco cuya edificación iniciará el presente año junto con las presas de Norogachi y Rocheachi, y la de Piedras Azules en el Municipio de Valle de Allende programada para guardar 10 millones de metros cúbicos y que ocupa el segundo lugar en los planes del gobierno estatal.

Otros cuerpos de agua de tamaño pequeño programados para el presente sexenio son: presa La Coyota en el municipio de Guerrero, cuya capacidad será de cinco millones de metros cúbicos y destinada a riego, control de incendios y agua potable.

A la lista se agregan las presas La Lobera en el municipio de Belisario Domínguez, con capacidad estimada de tres millones de metros cúbicos, San Carlos en Manuel Benavides con capacidad de ocho millones de metros cúbicos destinada a riego, control de avenidas y agua potable, y la Turuachi en Guadalupe y Calvo con capacidad de 10 millones de metros cúbicos y destinada riego, control de incendios y agua potable.

La última y no menos importante es la Presa Norogachi, en Guachochi, destinada al riego de 500 hectáreas.

El proyecto de César Duarte, se dice en la introducción del proyecto hidráulico, abraza el antiguo sueño chihuahuense de vencer al desierto.

Fuente: El heraldo de Chihuahua