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Hidrosogamoso: ¿Mecanismo de Desarrollo Limpio?

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Quienes se lucran con la construcción de grandes represas insisten en que éstas deben ser consideradas Mecanismos de Desarrollo Limpio –MDL- lo cual, haría más rentable el negocio debido a las ganancias adicionales generadas por la venta de bonos de carbono, y además, les podría dar un viso de aceptación social en virtud de presentarse como uno de los mecanismos para enfriar el planeta.

Lo cierto es que las grandes represas ni son limpias ni enfrían el planeta. Muchas de ellas han teñido de sangre las aguas del mismo río que embalsan, han desplazado más gente que la guerra, favorecen el lucro privado a costa de la pobreza absoluta de las poblaciones que desplaza, la noción de progreso que imponen desaparece los saberes tradicionales y cultura de las poblaciones que afectan, y en lugar de reducir las emisiones de gases efecto invernadero, las incrementan.

Al respecto la Academia Colombiana de Ciencias Exactas Físicas y Naturales[2], menciona que un proyecto puede ser considerado elegible dentro del MDL si es posible demostrar y cuantificar la reducción de emisiones y propiciar un desarrollo sostenible. Ahora bien, los criterios base del desarrollo sostenible –tenidos en cuenta por los inversionistas a la hora de evaluar los proyectos MDL- enmarcan los impactos ambientales positivos a nivel local, la generación de empleos, integración regional y sectorial, conservación del hábitat local,  no ocasionar desplazamientos forzosos e involuntarios y la eficiencia de costos, entre muchos otros aspectos; sin embargo, los textos, imágenes y discursos con que se venden varios de los proyectos MDL distan de la realidad.

La represa Hidrosogamoso en Colombia es uno de estos casos; la voz de las comunidades y la realidad en campo demuestran que esos criterios en su mayoría no se cumplen, los impactos negativos son mucho más sentidos que los beneficios, el proyecto es una imposición que vulnera la cultura local y afecta los medios y formas de subsistencia de los campesinos de la región.

Los proyectos MDL y los otros mecanismos contemplados en la compensación de emisiones como solución al calentamiento global, son una burla a la humanidad creada en la mente de los mercaderes de la vida. Es posible que las tecnologías propuestas reduzcan la emisión de gases comparadas con aquellas que queman combustibles fósiles, pero al final, cada MDL que se construye no implica la salida de funcionamiento de una planta de generación a base de carbón -por ejemplo-; es así como estos mecanismos incentivan la producción y consumo de energía antes que desechar tecnologías obsoletas, a la vez que generan mayor emisión de gases a la atmósfera.

 Represas: ¿Energía limpia?

Existen evidencias e investigaciones que sustentan porqué las grandes represas no pueden ser consideradas energías limpias, verdes, o estrategias de compensación de emisiones contempladas en el protocolo de Kyoto.

Investigaciones sobre el clima han demostrado que las grandes represas emiten cantidades considerables de gases efecto invernadero a la atmósfera. Una represa hidroeléctrica produce dióxido de carbono (CO2), metano (CH4) y óxido nitroso (N2O), durante todo su período de vida útil, producto de la descomposición aeróbica y anaeróbica de la materia orgánica que queda bajo las aguas del embalse y que continuamente entra al mismo arrastrada por la corriente del río. El Instituto Nacional Brasileño para Investigaciones Espaciales, estima que las 52.000 represas existentes en el mundo emiten cerca de 104 millones de toneladas métricas de metano cada año, contribuyendo con más del 4% del calentamiento total del impacto de actividades humanas[3]; por otra parte, este mismo Instituto señala el impacto del metano producido por una gran represa durante un año es equivalente a 20 años de 7.5 billones de toneladas de dióxido de carbono entonces, ¿Cómo se mitiga el cambio climático con el emplazamiento de estos proyectos?

La deforestación se sitúa como la segunda principal causa del calentamiento del planeta, puesto que las plantas son las principales encargadas de absorber el CO2 de la atmósfera y transformarlo en celulosa. Ahora bien, la construcción de una gran represa implica la inundación de miles de hectáreas de selvas agudizando la problemática del calentamiento global[4]. Por otra parte, el desplazamiento forzado que provocan las represas, implica que  quienes trabajan la tierra tengan que buscar otros lugares para cultivar y sobrevivir y eso implica mayor deforestación, aumentando la concentración de gases efecto invernadero en la atmósfera en dos vías: la primera, devolviendo el CO2 que ya se había fijado al quemar la madera talada o por la descomposición de la misma, y la segunda, por la pérdida de capacidad de absorción del exceso de CO2 que se encuentra en la atmósfera.

La historia y la crisis actual son suficientes argumentos para rechazar los proyectos de represas en curso en América Latina y el mundo, que se imponen por intereses ajenos al de las comunidades locales o no cuentan con la aprobación de las comunidades directamente afectadas. En varios casos, las comunidades no han sido informadas o consultadas debidamente, como sucede con el proyecto Chan 75, en Panamá; La Parota, El Zapotillo y Paso de la Reina, en México; Belo Monte y Madeira, en Brasil; El Quimbo, Hidrosogamoso, Besotes, Ituango y El Cercado, en Colombia; las presas de Hydroaisén, en Chile; Baba y Cajón, en Ecuador; y El Cimarrón y Chaparral, en El Salvador, entre otros casos[5].

 Hidrosogamoso: ¡energía que se irá!

Hidrosogamoso es una represa en construcción de 820 MW sobre la cuenca del río Sogamoso, departamento de Santander, Colombia. La constructora es una empresa de capital mixto, ISAGEN, que se ha caracterizado por invisiblizar el número real de afectad@s, minimizar los impactos sociales y ambientales de la obra y pasar por alto la voz de las comunidades afectadas que públicamente han manifestado estar en desacuerdo con el proyecto.

Esta represa hace parte del paquete de proyectos ancla que impulsa el gobierno colombiano con el objetivo de aumentar la capacidad de generación del país con vista a aumentar la oferta de exportación; por tanto, esta represa no se planteó para satisfacer las necesidades de las comunidades locales ni mejorar la calidad en la región como se promulga. Adicionalmente, los y las víctimas de esta obra, hallaron con sorpresa en julio de 2010 que sus promotores habían tomado la iniciativa de inscribir este proyecto como Mecanismo de Desarrollo Limpio, pero, ¿será que las cuentas dan?

Cuando inició el proyecto fue recibido por las comunidades con la expectativa del mejoramiento de la calidad de la vida, pero, infortunadamente luego de ejecutado  aproximadamente el 20% de la obra, lo que se observa es inequidad, injusticia, daños ambientales, la destrucción de quebradas, fuentes hídricas, disminución de la producción de pescado, entre ellos el bocachico, afectaciones a la producción agropecuaria, inseguridad alimentaria, aumento de la prostitución y los delitos sexuales, madresolterismo, niños y niñas abandonadas, desintegración familiar, aumento de bares y cantinas, drogadicción,  robos, peleas frecuentes, desintegración familiar,  privatización de espacios públicos, privatización de vías y acceso al río sogamoso desde la Leal hasta la Putana, en resumen violación y vulneración  de derechos humanos.

Documento presentado por las comunidades afectadas al obispo de Barrancabermeja y Procurador Agrario de Santander sobre la problemática presentada en la zona de influencia de la construcción de la represa de Hidrosogamoso. Octubre de 2010[6].

 Irregularidades en el proceso

Ante el intento de certificación por parte de la empresa ISAGEN, las comunidades prepararon un documento para informar al organismo certificador de MDL las irregularidades mediante las cuales se impuso la construcción de la represa[7]. Además de los impactos característicos de una gran represa, dicho documento resalta también los siguientes:

Sobre la participación

Desde el momento en que fue concebida la idea de construir una hidroeléctrica en el río Sogamoso, pasando por el trámite de la licencia otorgada por el Ministerio del Medio Ambiente en el año 2000 y el proceso de actualización del estudio de impacto ambiental, incluyendo el desarrollo de obras desde el año 2009, la participación de la sociedad ha sido marginal. La sociedad colombiana, y santandereana en particular, no ha sido consultada sobre la pertinencia de esta obra en este territorio.

Durante la realización de la primera y única audiencia ambiental convocada para tratar este tema, la directora de Licencias, Permisos y Trámites del Ministerio del Medio Ambiente, Desarrollo Territorial y Vivienda, señora Marcela Zapata, manifestó que “esta audiencia es muy singular porque ya se otorgó la licencia de la obra”, confirmando que se hacía como un requisito formal pero no con el fin de garantizar, real y efectivamente, el derecho a la participación de las comunidades, como está establecido en la Constitución Política de Colombia, en la declaración sobre el Derecho al Desarrollo y en las recomendaciones emanadas de la Comisión Mundial de Represas.

Este mismo documento plantea la socialización parcial del Estudio de Impacto Ambiental de la obra con las comunidades, pues ls socializaciones que ha hecho la empresa se caracterizan por resaltar los supuestos beneficios y ocultado la dimensión real de los impactos de la obra.

 Sobre el cumplimiento de la normatividad ambiental

 El proceso adelantado para el otorgamiento de la licencia y en el avance de la construcción de la represa se ha distinguido por el incumplimiento de normas que regulan este tipo de obras civiles, de resoluciones emanadas por el Ministerio del Medio Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial -MAVDT- y el desconocimiento de instrumentos del Derecho Internacional, como la Convención Ramsar, relativa a humedales que exige a los Estados la protección especial de estos ecosistemas. Isagen no cumplió con requisitos legales para iniciar obras que son fundamentales para determinar si la hidroeléctrica es la mejor opción.

Sobre los impactos de la represa

El área agropecuaria afectada por el proyecto es de 104.000 ha18, los volúmenes de producción para el 2007 se estimaron en 1.28 billones de pesos anuales (pesos corrientes de ese año). En toda esta área se va a dejar de producir comida y se van a perder muchos empleos que la hidroeléctrica no va a absorber, pues se prevee que no habrá más de 20 personas de la zona trabajando para esta empresa, como celadores y en otros empleos no calificados, luego de terminada la obra.

En el transcurso del año 2009 en el que ha tenido mayor presencia la empresa se han llevado a cabo 4 ejecuciones extrajudiciales de líderes sociales de la región destacados en la defensa del río Sogamoso y de sus comunidades, sin que hasta el momento se hayan aclarado dichos asesinatos por parte de la justicia: Honorio Llorente -octubre 17 de 2009; Marco Tulio Salamanca de la vereda Marta -septiembre 3 de 2009; Hebert Sony Cárdenas de la Asociación de Areneros de Barrancabermeja, mayo 15 de 2009 y Luis Alberto Arango de las comunidades pesqueras del Llanito febrero 12 de 2008.

Son evidentes los problemas de salud en la población derivados de la contaminación ambiental producida por las obras y el agua que están consumiendo.

Con el desplazamiento forzado de la población, desalojados directamente por la empresa y otros/as por los impactos en el ambiente y el ecosistema producido por la construcción de la hidroeléctrica,  se vulneran el derecho a permanecer en el territorio, a decidir el lugar de residencia;  el derecho a la cultura propia como pescadores/as y campesinos; el derecho al trabajo, son más de 10.000 personas que viven de actividades agropecuarias, de la pesca y de la extracción de material de arrastre para la construcción; y el derecho  a la integridad familiar y a pertenecer a una comunidad.

Será posible certificarlo si…

Las cuentas sobre la reducción de emisiones son inexactas e imaginarias, puesto que en dichos cálculos no se tiene en cuenta la hidrodinámica y regímenes de lluvia de la región –que resultan imposibles de vaticinar- y de esto depende la cantidad de materia orgánica que entrará al embalse y, por tanto, la cantidad de gases efecto invernadero generados.

 Por otra parte, los cálculos se estiman sobre la puesta en marcha de la represa, y se dejan a un lado las cantidades emitidas de CO2 para la construcción de la obra; como por ejemplo, el combustible quemado para el desplazamiento de materiales, equipos y trabajadores empleados en la obra, para la producción de materiales como el cemento, hierro y acero utilizados en la construcción o la deforestación causada, entre muchos otros aspectos.

Según las comunidades afectadas de la región[8] el proyecto fue una imposición puesto que nunca se les consultó y, aún hoy, desconocen las magnitudes e impactos reales del proyecto; Isagen ha desconocido normas ambientales y procedimientos legales en el desarrollo de la obra, la cual genera impactos que vulneran convenios y tratados firmados por Colombia en el ámbito ambiental. Hidrosogamoso no contribuye al desarrollo de las comunidades que han habitado históricamente la cuenca del río Sogamoso, más aún, agudiza los problemas sociales, económicos, culturales y ambientales que se han venido presentado en la región debido a la presencia de otros proyectos energéticos tales como cultivos de palma aceitera, explotación de carbón y explotación de petróleo.

 A modo de conclusión

Las represas no enfrían el planeta ni contribuyen al cambio estructural que se requiere para mitigar en realidad el calentamiento global del planeta. Hasta ahora las propuestas de mitigación surgen del fracaso del mercado que intenta obtener más ganancias con el problema generado, continuar el juego de las falsas soluciones planteadas en las conferencias de las partes sobre Cambio Climático, significa perder tiempo vital para mitigar la injusticia ambiental y detener el colapso planetario producto del sistema capitalista.

La salida a la crisis climática implica recuperar la soberanía energética y alimentaria de los pueblos, donde se vuelque la mirada al campo dando prioridad a la agricultura familiar y donde se fomente la diversificación y descentralización de fuentes energéticas, entre muchos otros aspectos.

Fuente: Censat