Actualmente se tienen varias opciones tecnológicas para remover arsénico del agua para consumo humano, sin embargo con la finalidad de elegir el proceso apropiado para el tratamiento de una fuente en específico debe hacerse un análisis técnico y económico previo que brinde la información necesaria para tomar la decisión correcta.
Dos de los procesos que actualmente se vislumbran como opciones viables de tratamiento son la coagulación con productos químicos y la electrocoagulación.
En la coagulación realizada mediante la aplicación de reactivos químicos (generalmente sales de aluminio o hierro y polielectrolitos como coadyuvantes) se producen agregados, conocidos como flóculos, que pueden ser separados físicamente del agua y que contienen a los contaminantes que se desea remover.
Por su parte la electrocoagulación (EC) es una variante de este tratamiento en el que mediante la aplicación de una corriente eléctrica se generan cationes polivalentes a partir de la oxidación de ánodos de sacrificio además de la formación simultánea en el cátodo de iones hidroxilo y gas hidrógeno. Es decir, el ánodo metálico de sacrificio, comúnmente constituido por hierro o aluminio, dosifica iones metálicos (coagulantes) al agua electroquímicamente.
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