Considerado en la lista de humedales mexicanos de importancia Internacional según la Convención Ramsar, el Lago de Chapala es un destino mágico de Jalisco que se debe conservar.
Por Noe David Jasso
Ubicado en el corazón de Jalisco, a tan solo una hora de Guadalajara, el Lago de Chapala –el más grande de México– acoge cálido a sus visitantes; tanto, hay quienes deciden quedarse a vivir para siempre en este paraíso, calificado por la Revista National Geographic como uno de los lugares con mejor clima en el mundo.
Si visita Chapala regresarás a casa maravillados por la imponente belleza de los paisajes que ofrece el lago, por la riqueza y colorido de la artesanía de los pueblos asentados en su rivera, así como por la deliciosa experiencia culinaria que ofrecen los pintorescos restaurantes construidos en su orilla; caminar por el malecón un domingo por la tarde –después de haber comido un exquisito platillo a base de pescado fresco– seguramente será uno de los episodios que recordarán las familias y los enamorados que visitan el lago.
El lago de Chapala tiene una superficie total de casi 115 mil hectáreas; es el más grande de México y está catalogado en la lista de humedales de importancia Internacional según la Convención sobre los Humedales de Importancia Internacional (Ramsar). En su rivera asombra el asentamiento de pueblos que seducen a propios y extraños, como Chapala y Ajijic, donde sus habitantes disfrutan de una vida sencilla y contemplativa.
Riqueza ecológica
La importancia de los humedales mexicanos, como es el caso del lago de Chapala, radica en las funciones ecológicas que desempeñan: recargan y regulan los mantos freáticos, mantienen a una gran biodiversidad, brindan protección contra tormentas e inundaciones, estabilizan la línea costera, controlan la erosión, retienen nutrientes y sedimentos, filtran contaminantes y estabilizan las condiciones climáticas locales, particularmente lluvia y temperatura.
En el caso de el lago de Chapala, como humedal además reporta beneficios económicos porque asegura el abastecimiento de agua de la zona, mantiene los recursos pesqueros, participa en la actividad agropecuaria y brinda importantes posibilidades de recreación y turismo, por ejemplo, paseos en lancha por el lago con destino a la Isla de Mezcala, caminatas, a pie o en caballo, por el Parque de la Cristiana, el Faro o el Malecón; también puedes visitar los campos de golf; balnearios de aguas termales, clubes de tenis y para montar, andar en bicicleta, practicar charrería, senderismo y excursionismo; existen también galerías de arte y recintos artísticos.
¡Cuidemos a Chapala!
Lamentablemente, humedales como el Lago de Chapala –y otros 129 más catalogados por la Convención Ramsar en México– siguen figurando entre los ecosistemas más amenazados en la actualidad; entre las causas están la continua desecación, conversión, contaminación y sobreexplotación de sus recursos. La pérdida o degradación de estos ecosistemas resulta un daño ambiental importante que debe ser remediado y en el mejor de los casos, impedido.
La recomendación para los visitantes, así como para los viejos y nuevos residentes del lago, es que disfruten de este mágico lugar que se ofrece a todos de manera generosa y cautivadora, respetando siempre su uso sostenible, permitiendo la obtención de un máximo de beneficios de manera continuada para las generaciones presentes, al tiempo que se mantenga el potencial para satisfacer las necesidades de las generaciones futuras.
Fuente: semarnat
