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Peligra la vida en zonas hipotóxicas del oceáno

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Incluso en las profundidades oceánicas cuya concentración de oxígeno es muy baja puede abundar la vida. No obstante, estos hábitats se encuentran amenazados por el cambio climático mundial, ya que éste podría hacer que el oxígeno sea aún más escaso. Un nuevo trabajo, publicado en la revista Marine Ecology, analizó la biodiversidad en las zonas de oxígeno mínimo (ZOM) o hipóxicas del Mar Arábigo, la zona oriental del Pacífico y la Bahía de Bengala.

El estudio contó con el apoyo del proyecto comunitario HERMIONE («Investigación sobre ecosistemas de focos de biodiversidad y el impacto humano en los mares europeos»), vinculado al tema de Medio ambiente del Séptimo Programa Marco (7PM). HERMIONE recibió financiación comunitaria por valor de 8 millones de euros.

Las zonas hipóxicas naturales son zonas que se encuentran a profundidades medias del océano y en las que la concentración de oxígeno alcanza niveles mínimos. Se crean a causa de la degradación de la materia orgánica procedente de zonas más superficiales, que son más ricas en oxígeno y que están pobladas por algas marinas diminutas denominadas fitoplancton. Cuando éste muere y se va hundiendo lentamente hacia el lecho oceánico, las bacterias aeróbicas que habitan las aguas marinas se alimentan de él y, al degradar esta materia, consumen oxígeno.

Por la falta de mezclado en la columna de agua (concepto que alude a la columna de agua que va desde la superficie hasta los sedimentos del fondo), las zonas hipóxicas no reciben nuevos suministros de oxígeno, lo que está propiciando la expansión de dichas zonas a profundidades de entre 100 y 1.000 metros. Las regiones centrales de las ZOM naturales suelen ser bastante estables, si bien los cambios climáticos, estacionales o a más largo plazo, pueden alterar sus límites superiores y, por consiguiente, la composición de sus ecosistemas.

Los sedimentos de estas zonas aún contienen cantidades considerables de materia orgánica, por ello constituyen hábitats idóneos para ciertos microorganismos y ciertas especies de animales capaces de soportar concentraciones bajas de oxígeno.

«Al parecer, el oxígeno constituye el factor determinante de la diversidad biológica y de la composición de la comunidad del lecho marino en las regiones centrales de las ZOM», indicó el primer firmante del estudio, el profesor Andrew Gooday, del Centro Nacional de Oceanografía (NOC) de Southampton (Reino Unido). «Allí donde aumenta la concentración de oxígeno, los fuertes gradientes del lecho marino generan una variedad que ejerce una influencia cada vez mayor, creando distintos tipos de hábitat que acogen a distintas clases de organismos. Concretamente, los límites inferiores de las ZOM, donde la concentración de oxígeno comienza a aumentar y hay gran cantidad de alimento, suelen tener abundantes organismos de gran tamaño, entre ellos ofiuroideos y centollos.»

El Dr. Brian Bett, del NOC, añadió: «Los esqueletos y restos de los animales marinos proporcionan hábitats diferenciados en los que pueden prosperar otras criaturas. Por ejemplo, los carroñeros como los crustáceos del tipo gamba se alimentan de las acumulaciones de medusas, peces y cangrejos muertos, mientras que otras especies se alimentan de los huesos de ballenas».

Las condiciones extremas que se dan en las ZOM potencian la biodiversidad, puesto que la baja concentración de oxígeno favorece adaptaciones tales como tamaños corporales reducidos y superficies corporales más amplias, que facilitan la captación del oxígeno. Según explicó el profesor Gooday: «Las ZOM pueden contener una gran diversidad biológica, ya que promueven la especiación al crear fuertes gradientes en las condiciones ambientales que son importantes para las especies y también representan un obstáculo para el intercambio entre poblaciones».

Pese a todo, el calentamiento del planeta constituye una amenaza considerable para estos hábitats, puesto que se cree que la subida de las temperaturas oceánicas reducirá la mezcla de agua en sentido vertical y también la solubilidad del oxígeno en el agua marina. Cuando la escasez de oxígeno se intensifica de manera extrema, empiezan a desaparecer seres vivos. «Si el calentamiento global amplía las ZOM y agudiza sus condiciones, es probable que tenga un impacto negativo en la biodiversidad», destacó el Dr. Brett.

HERMIONE tiene el objetivo de profundizar los conocimientos sobre los ecosistemas de las profundidades marinas y su influencia en la producción de diversos bienes y servicios. En este proyecto de gran envergadura participan 38 socios de 13 países europeos y 1 país africano.

Para más información, consulte:

HERMIONE: http://www.eu-hermione.net

National Oceanography Centre, Southampton: http://www.noc.soton.ac.uk  

Fuente.- http://cordis.europa.eu

Fuente: iAgua.es