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Las casas con patas libran los huracanes

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Kenya Ramírez
Un proyecto de investigadores del Cinvestav ha conseguido viviendas más resistentes
Según cifras del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en México 60 por ciento de los daños causados por fenómenos naturales es provocado por inundaciones asociadas con huracanes, lo que afecta a 45 por ciento de la población del país.
Ante esa realidad, científicos mexicanos diseñaron prototipos de viviendas contra huracanes construidas sobre estructuras que cuentan con ocho pilotes, a base de una mezcla especial de concreto y alma de acero y varilla metálica, lo que las hace resistentes a fuertes inundaciones sin sufrir daños en su estructura.


Especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN Unidad Mérida, en el estado de Yucatán, trabajan en el proyecto, cuya idea surgió a partir del paso de los huracanes Opal y Roxana por la península de Yucatán en 1995, que causaron graves daños por inundaciones a las poblaciones.

Federico Dickinson, adscrito al departamento de Ecología Humana del Cinvestav Mérida, inició con la construcción de casas seguras ante estos fenómenos hidrometeorológicos, pues la época de huracanes pone en riesgo la vida de las personas y su patrimonio.
En la comunidad de San Crisanto, Yucatán, Dickinson y su grupo de investigación empezaron a construir casas “palafito” dentro del Diagnóstico Ecológico, Social y de Salud, mediante las que un equipo de investigación científica y los propios habitantes de la comunidad identificaron problemas y necesidades para proponer alternativas de solución.

Pedro Castro Borges, investigador del departamento de Física Aplicada de este centro de estudios, y quien también participó en el proyecto, explicó que al analizar posibles soluciones para las inundaciones a causa de tormentas tropicales y huracanes, se llegó a la conclusión de que las construcciones palafíticas son las ideales para estas zonas geográficas, donde estos fenómenos climatológicos impactan con gran fuerza.

Explicó que las nuevas casas que se diseñaron y construyeron en el lugar cuentan con una especie de “patas” de dos metros de altura, en promedio, que ponen las casas en alto y las protegen de inundaciones.


Castro Borges dijo que este tipo de vivienda ha tenido aceptación por parte de la comunidad de San Crisanto debido no únicamente a que no se inundan, sino también a que han resultado resistentes a huracanes.

Hasta el momento se ha construido cerca de una decena de este tipo de casas y está por iniciar una nueva fase del proyecto, financiada por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología y el gobierno de Yucatán, en la que se espera que se edifiquen más palafitos en las zonas costeras del país.

En este proyecto también participan instituciones de educación superior como las facultades de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Yucatán y la Universidad Marista de Querétaro, empresas como Cemex, Gálvez y Holcim, y agrupaciones comunales, como la ejidal y el

Consejo Comunitario de San Crisanto.
Un proyecto de investigadores del Cinvestav ha conseguido viviendas más resistentes
Según cifras del Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en México 60 por ciento de los daños causados por fenómenos naturales es provocado por inundaciones asociadas con huracanes, lo que afecta a 45 por ciento de la población del país.

Ante esa realidad, científicos mexicanos diseñaron prototipos de viviendas contra huracanes construidas sobre estructuras que cuentan con ocho pilotes, a base de una mezcla especial de concreto y alma de acero y varilla metálica, lo que las hace resistentes a fuertes inundaciones sin sufrir daños en su estructura.

Especialistas del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) del IPN Unidad Mérida, en el estado de Yucatán, trabajan en el proyecto, cuya idea surgió a partir del paso de los huracanes Opal y Roxana por la península de Yucatán en 1995, que causaron graves daños por inundaciones a las poblaciones.

Federico Dickinson, adscrito al departamento de Ecología Humana del Cinvestav Mérida, inició con la construcción de casas seguras ante estos fenómenos hidrometeorológicos, pues la época de huracanes pone en riesgo la vida de las personas y su patrimonio.
En la comunidad de San Crisanto, Yucatán, Dickinson y su grupo de investigación empezaron a construir casas “palafito” dentro del Diagnóstico

Ecológico, Social y de Salud, mediante las que un equipo de investigación científica y los propios habitantes de la comunidad identificaron problemas y necesidades para proponer alternativas de solución.

Pedro Castro Borges, investigador del departamento de Física Aplicada de este centro de estudios, y quien también participó en el proyecto, explicó que al analizar posibles soluciones para las inundaciones a causa de tormentas tropicales y huracanes, se llegó a la conclusión de que las construcciones palafíticas son las ideales para estas zonas geográficas, donde estos fenómenos climatológicos impactan con gran fuerza.
Explicó que las nuevas casas que se diseñaron y construyeron en el lugar cuentan con una especie de “patas” de dos metros de altura, en promedio, que ponen las casas en alto y las protegen de inundaciones.

Castro Borges dijo que este tipo de vivienda ha tenido aceptación por parte de la comunidad de San Crisanto debido no únicamente a que no se inundan, sino la comunidad de San Crisanto debido no únicamente a que no se inundan, sino también a que han resultado resistentes a huracanes.
Hasta el momento se ha construido cerca de una decena de este tipo de casas y está por iniciar una nueva fase del proyecto, financiada por el Consejo

Nacional de Ciencia y Tecnología y el gobierno de Yucatán, en la que se espera que se edifiquen más palafitos en las zonas costeras del país.
En este proyecto también participan instituciones de educación superior como las facultades de Arquitectura e Ingeniería Civil de la Universidad Autónoma de Yucatán y la Universidad Marista de Querétaro, empresas como Cemex, Gálvez y Holcim, y agrupaciones comunales, como la ejidal y el Consejo Comunitario de San Crisanto.
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