Las corrientes están cambiando
Desde diminutos organismos unicelulares hasta la ballena azul, el animal vivo más grande de la naturaleza, el océano es el hogar de la mayor parte de la flora y la fauna que hay en la Tierra. Este inmenso acuario natural es el origen de la vida en nuestro planeta. El océano cubre más del 70% del mundo, produce al menos el 50% del oxígeno y absorbe alrededor del 30% del dióxido de carbono producido por los humanos, amortiguando así los impactos del calentamiento global.
Alberga la mayor parte de la biodiversidad de la tierra y es la principal fuente de proteínas para más de mil millones de personas en todo el mundo. Además, resulta clave para la economía: se estima que para 2030 habrá en torno a 40 millones de trabajadores en todo el sector relacionado con los océanos.¹
Los océanos contribuyen a la eliminación de los desechos y la contaminación y sus ecosistemas costeros actúan como amortiguadores para reducir los daños ocasionados por las tormentas. Por ello, mantener la salud de los océanos favorece los esfuerzos de adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos. Por si fuera poco, el océano y sus costas son también lugares ideales para el turismo y las actividades recreativas.
Sin embargo, en la actualidad existe un continuo deterioro de las aguas costeras debido a la contaminación y la acidificación de los océanos que han tenido un efecto adverso sobre el funcionamiento de los ecosistemas y la biodiversidad, y que también han afectado negativamente a la pesca de pequeña escala.
Los espacios de mar abierto muestran que los niveles actuales de acidez han aumentado en un 26 por ciento desde el comienzo de la Revolución Industrial. Con el 90% de las grandes especies marinas de peces mermadas debido a la sobrepesca por presiones humanas y el 50% de los arrecifes de coral destruidos, estamos extrayendo más del océano de lo que se puede reponer.
¿Qué podemos hacer?
En cuanto a las zonas de mar abierto y alta mar, la sostenibilidad sólo puede lograrse con una mayor cooperación internacional en aras de proteger los hábitats vulnerables. Para conservar la diversidad biológica y garantizar un futuro sostenible para la industria pesquera es preciso establecer sistemas de zonas protegidas por los gobiernos que sean integrales, eficaces y de gestión equitativa.
A nivel local, al comprar productos o consumir alimentos procedentes del mar es recomendable tomar decisiones respetuosas con el océano y consumir solamente lo que necesitamos. Podemos y debemos trabajar juntos para crear un nuevo equilibrio en el que no agotemos todo lo que el océano nos ofrece, sino que procuremos su cuidado y el respeto a las especies que lo habitan. Elegir productos certificados es una buena manera de empezar.
La certificación de los productos pesqueros se divide en dos vertientes: una que tiene que ver con la calidad y seguridad de los alimentos y otra que garantiza que las pesquerías estén certificadas como sostenibles y la obtención de los productos sea ambiental y socialmente responsable.
El atún, el camarón, el pulpo, la langosta y las sardinas se encuentran entre los productos de los mares mexicanos que cuentan con diversas certificaciones que garantizan el máximo nivel de calidad y protección al consumidor.
Hagamos de este 8 de junio, Día Mundial de los Océanos, una experiencia inmersiva, sumérgete con nosotros y participa en la celebración de este día. Te invitamos a usar nuestras redes sociales para compartir información sobre el tema: puede ser algún caso que conozcas de daño o reparación de los ecosistemas marinos o las especies que ahí viven, las fotografías de tu última escapada al mar… En fin, todo suma, y con tu valiosa ayuda contribuirás a sensibilizarnos sobre la importancia de los océanos y el cuidado que merecen. Síguenos en nuestras redes sociales y no olvides añadir el hashtag# (…)
Referencias
¹https://www.un.org/es/observances/oceans-day
