
Es la única forma de producir sin agotar los recursos del planeta. Hoy ya hay proyectos que están consiguiendo cumplir con esa máxima, tanto a nivel internacional como en España. La economía circular no es solo reciclar. Significa apostar por “un modelo de producción y consumo que implica compartir, alquilar, reutilizar, reparar, renovar y reciclar materiales existentes tantas veces como sea posible para crear un valor añadido, extendiendo el ciclo de vida de los productos”, según la UE. Los datos que maneja Eurostat confirmaban una tasa de circularidad en la UE en aumento entre 2004 y 2012, con un incremento que va del 8,2% al 11,1%. No obstante, desde ese año hasta 2017, la cifra se ha mantenido estable, fluctuando ligeramente por encima del 11%. A nivel internacional, sin embargo, se aprecia cierto repliegue: “Actualmente, la economía mundial es un 8,6% circular, cuando hace solo dos años era un 9,1%”, tal y como indica en su informe de 2020 el Circularity Gap Reporting Initiative.